martes, 6 de diciembre de 2016

Restaurante Porta Rossa, Sevilla


Miércoles y nueva salida del grupo gastrogórdico. Acudimos al restaurante con un doble temor, María no viene hoy y no sabemos cuan larga es la carta de menú. Por otro lado, ella está en el museo de Harry Potter en merecidas vacaciones pero, ¿volverá con nuevos poderes para leer aún más rápido un menú? Os lo comentaré en próximas entradas.
Si recuerdas el célebre San Marcos de Sevilla en c/Baños el ambiente en Porta Rossa te puede sorprender e incluso defraudar. Un restaurante italiano moderno, funcional aunque no con ello pierde calidez ya que los camareros con un trato cercano , aunque convenientemente educado, te acogen de forma excepcional. No obstante, debo decirlo, el servicio fue algo lento aun siendo cierto que lo acompasaron a la dinámica de compartir platos que establecimos los seis gastrogórdicos que hicimos la visita.
Ante la ausencia de María nos dejamos influenciar por el amable propietario y sus sugerencias de fuera de carta, de 5 platos posibles caímos en 3. Desde mi punto de vista, y a pesar de cuestiones geográficas y de hábitat natural de jabalí, acertamos plenamente con los platos seleccionados de esta manera. De flojear alguno tal vez fueran los del menú. Sin más historias paso a comentaros los platos que, entre risas una noche más, disfrutamos en el "Ristorante". Un último comentario del local antes del menú, ojo con la acústica ya que el local no es apto para guardar secretos o contar demasiados chistes. Alguna mirada nos taladró desde las mesas vecinas.
Imagen extraída de http://www.asterix.com/asterix-de-a-a-z-es/personajes/obelus.html
Todos los platos de la cena los regamos con un excelente lambrusco tinto denominado Medici. Me parece interesante indicaros que, si no lo habéis dado antes, el salto entre un lambrusco rosso y uno tinto es un esfuerzo que debes dar a poco que te guste el vino. En la variedad tinto las consabidas burbujas no son tan importantes en boca y se confunden con el sabor más intenso de la bebida. La denominación Medici estaba especialmente buena.
Y comenzamos a pedir...
Aperitivos: Ricas aceitunas aliñadas y pequeñas pizzas.
Pequeñas pizzas para empezar.
Ravioli relleno de setas. Por poner una pega al plato tan solo se sirven 4 unidades de ravioli en el mismo. Eso coloca el precio de cada uno en unos 2€, ¿desmedido? no lo creo. El plato estaba elaborado con una hermosa presentación y el sabor de la muselina de setas era fino y con regustos a tierra. Todo ello potenciado por los piñones y el toque de romero. No logré identificar la variedad de la seta. Un plato que, aunque escaso, gustó a todos.
Ravioli relleno de setas. Hay que probarlos cuando vas a un italiano.
Gnocchi PortaRossa. Aunque el gnocchi me lo presentase un muy buen amigo que podemos considerar medio italiano, vivió en "La Italia" por cerca de seis años, no puedo decir que sea uno de mis platos preferidos sin embargo en Porta Rossa el sabor del plato hace justicia al que se hayan atrevido a hacerlo bandera del restaurante. Se trataba de bolitas de espinacas y requesón con un punto de mantequilla y algo más de queso. Sabores muy contrastados con combinación habitual de relleno en otras pastas artesanas y de texturas muy agradables. Además, al ser el gnocchi de espinacas, mucho menos pesados que cuando las bolitas son de patata.
Gnocchi PortaRossa.
Lasagna al pesto. Vaya por delante que a este plato me costó apoyarlo después de mi experiencia genovesa con el mismo. Como podéis imaginar no fue de mi agrado que me sirviesen láminas de lasagna y ya está, aunque fuesen regadas con una salsa al pesto. El plato que ofrecen en Porta Rossa está a años luz de lo indicado. Una rica bechamel bañaba las lámina de lasagna todo ello convenientemente fundido junto a queso **** servida en recipiente de barro. Un plato a destacar entre los que conformaron nuestro pedido.
Lasagna al pesto.
Pappardelle con pato (fuera de carta). Al menos en mi opinión en un restaurante italiano debes pedir más de un plato de pasta. El pappardelle es una especie de fettuccine ancho con origen curioso en el nombre de modo que en italiano el verbo “pappare” se traduce como: engullir. El tamaño de la pasta hace más sencillo el comerlo que, por ejemplo, los spaghetti. En Porta Rossa nos lo acompañaron con carne de pato. Si bien ya he indicado que el pato no se cuenta entre mis carnes preferidas debo reconocer que esta noche estaba tierno, jugoso y bañado en salsa sabrosa, con toques dulces, que junto a la textura suave de la pasta daba una consistencia agradable al bocado y un excelente sabor global.
Pappardelle con pato. Ración por persona al dividir entre 6...
Jabalí en salsa de vino tinto (fuera de carta). Aunque fue unos de los platos más polémicos en su elección, nadie veía que Obélix hubiese dejado pasar un jabalí a la península italiana así que cómo iban a saber cocinarlo, finalmente apoyamos incluir el plato en la degustación. Sinceramente no nos equivocamos. Plato abundante en relación a otros del menú. Con un sabor fuerte y con cuerpo transferido por la salsa de vino tinto reducido. El plato gustó mucho si bien algún comensal, como en otros platos de carne, se quejó del uso excesivo de la sal en la preparación.
Jabalí en salsa de vino tinto. Muy tierno para ser jabalí.
Medallones de cerdo en salsa. Si bien varios de los platos estaban realmente ricos en opinión de quien escribe nos encontramos ante el mejor plato de la cena. Tal vez no sea el plato más típico para pedir en un ristorante pero la gastronomía italiana es más que pastas y risottos. El sabor de la salsa recordaba a la de un plato español pero con peculiaridades, toque de azucar de caña horneada y uso de la mostaza, que te descubren sabores inesperados en el cerdo pero sin que sea un salto tan grande como servirlo acompañado de salsa agridulce.
Medallones de cerdo en salsa.
Muchos de los que allí estábamos sabíamos a lo que íbamos así que los postres eran innegociables. Por todo ello nos decidimos por unos clásicos para endulzar la noche:
Tiramisú. Tan claro teníamos a lo que íbamos que de este cayeron dos. Sin embargo, en mi opinión, el bizcocho carecía del sabor intenso a café que tanto me gusta en este postre. Esto no fue tan determinante para otros comensales que no comparten mi gusto por el sabor que da el café. Sin ser el mejor Tiramisú que he degustado no sería tampoco justo decir que esté malo, el bizcocho con excelente textura y justo sabor a mantequilla de la crema. En definitiva la variedad de Porta Rossa es más que aceptable aunque ya sabéis que el tiramisú tienen tantas recetas como combinaciones de sabores se te ocurran. Mama te dejo una dirección con diversas recetas por si te lanzas a igualarlo (el resto de lectores igualmente la podéis consultar): www.recetatiramisú.com
Pedimos dos a petición popular. Esponjoso, suave y algo "descafeinado".
Tarta de pera con chocolate, Pera almibarada presentada de forma similar a una tarta de manzana pero preñada de rico chocolate negro. Un postre para los muy dulceros aunque más que aceptable para los que no nos gusta tanto el dulce si es para compartir.
Semifreddo Noci. No entiendo demasiado la diferencia entre el semifreddo de Porta Rossa y el helado aunque bien bueno que estaba. Para mí un rico helado de turrón y nueces que gustó bastante a los comensales.
Tarta de pera con chocolate, Semifreddo Noci y Tiramisú.
Para cerrar, y como ya me dijo mi buen amigo Álvaro al recomendarlo, un buen restaurante italiano para ocasiones especiales. Con rica comida italiana más allá de las pastas y rissotos aunque estos se incluyan en la carta. Ambiente y personal acogedor ayudan a hacer la experiencia muy especial.
Finalmente, debido a las críticas de fieles lectores y mejores amigos, indicaros que no es que no me gusten las lagrimitas de pollo. El caso es que esos platos ya los ceno el martes con la receta de Luis Felipe. Si bien el sabor de los boquerones es excelente es ampliamente superado por la divertida conversación y mejor compañía que hacen de los martes otra noche especial.
Restaurante Porta Rossa
C\Arenal Nº5 

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