A pesar de las dificultades para reunir al grupo, el miércoles pasado conseguimos nuevamente organizar nuestra jornada gastrogórdica. La pausa en el terremoto laboral de la semana era necesaria. Salir a tomar fuerzas en mitad de semana es nuestra pequeña revolución semanal. Aunque el restaurante El pregón se encuentra más próximo a Torneo tomando como referencia la calle Lumbreras decidimos alargar el paseo y atacar la calle desde su otro extremo. Sintiéndonos guiados por el espíritu de Hiram Bingham, descubridor de Machu Piccu, recorríamos La Alameda admirando esos pequeños detalles que la hermanan con la Alameda de los descalzos de Lima, una aproximación de los sentidos a la propia cena ya que El Pregón es un restaurante peruano. Al recorrer la calle, tus ojos no pueden evitar posarse en el antiguo edificio Singer (1913,c/Lumbreras, nº25) donde se montaban y reparaban las famosas máquinas de coser. El mismo resulta fácilmente reconocible por el mosaico de azulejos que, si bien restaurados y renombrados, adornan su entrada. Símbolo del paso de una ciudad rural y barroca hacia una Sevilla universal y modernista, refleja el nuevo carácter con el cual el arquitecto José Espiau y Muñoz transformó la ciudad. Al contemplar su fachada, es fácil establecer la analogía entre la revolución arquitectónica del S.XX y la gastronómica que experimenta la ciudad en el S.XXI. En ambas se acometen proyectos variados; los hay funcionales: edificios de viviendas y Starbucks e innovadores: Hotel Alfonso XIII y locales como El Pregón.
Un vistazo a nuestro alrededor... |
En la puerta de entrada al local nuestro espíritu pionero se disipa. La ambientación, con grandes paneles de madera oscura, mesas elegantes y correctos manteles, dan paso a una sensación sobria, mucho más seria que la que esperas en un local de comida peruana. El cambio en la ambientación típica responde a otra gran revolución que se ha dado a nivel mundial en la percepción de la comida peruana. Grandes chefs nativos del Perú como Virgilio Martínez, Gastón Acurio o Víctor Gutiérrez han elevado su gastronomía a los foros internacionales. La dueña del local no tarda en indicarnos su suscripción a esta nueva ola con su alegre y cercano discurso mientras nos presenta los platos. El peruano tiene ese carácter afable, haya de por medio paneles de madera o no. Con variedad en cervezas propias de Perú y sus deliciosos zumos naturales (maracuyá, guayaba...) dejamos de lado en esta ocasión el vino y hemos de confesar que no nos arrepentimos. Finalmente, tras la agradable conversación, ordenamos nuestra comanda:
La carta... |
Tequeños de pulpo. Al tequeño se le puede considerar una empanadilla hecha a base de masa wantán que, entre otros platos, refleja el impacto de la cultura china en el Perú. La empanadilla se encontraba en esta ocasión rellena de rico y elástico pulpo. Fritas sin exceso de aceite y consiguiendo un toque crujiente en la masa constituyeron un excelente aperitivo al que solo se puede achacar lo corto que se nos hizo el plato.
Teqeños de pulpo. |
Causa de pollo. Se trata de una carne deshilachada que recuerda a la cochinilla pibil en su apariencia aunque no en su sabor. La carne condimentada con ají amarillo toma un cierto sabor dulzón que se entremezcla con el de la mayonesa y el puré de patatas que acompañan la carne. Sin desmerecer su sabor se trata de un aperitivo del que puedes prescindir una vez lo has probado con anterioridad.
Anticucho. Se trata de uno de los platos más populares del Perú que asemeja en su elaboración al pinchito y se presenta en palo "de carrizo" o madera. Carne de ternera macerada en especias peruanas que confieren un rico toque a la carne y que traen reminiscencias a nuestros arábicos pinchitos locales. Si bien el secreto de elaboración es el uso de carne de corazón, con consistencia similar al hígado, pero sin el fuerte sabor de éste. Que el secreto desvelado no te sirva para dejar de degustar un plato excelente al que es fácil acercarse culturalmente y que en El Pregón elaboran con esmero.
Casa de pollo. |
Anticucho |
Ceviche de corvina. Decir Ceviche es decir Perú. La simplicidad de este plato lo ha elevado al puesto más alto de la gastronomía peruana. El secreto reside en emplear un pescado muy fresco. En El Pregón la corvina lo era y, el toque justo de acidez y la sabia mezcla de vegetales crudos que acompañaban al plato hicieron deleitarnos a todos los comensales. Tanto gustó el plato que alguno hasta decidió adoptarlo como nuevo fetiche. Sin dudarlo el mejor ceviche de los que he probado fuera de Perú.
Ceviche de corvina. |
Chaufa de pollo. Otro rico plato de la gastronomía peruana con reminiscencias al origen chino de muchos de los habitantes del hermoso país. Se trata de un arroz salteado en salsa de soja, jengibre, cebolleta y huevo. Normalmente se sirve acompañado de carne, en nuestro caso pollo. Aunque parezca extraño los sabores no son los de un plato chino. De hecho corre una vieja anécdota limeña alrededor de este plato. Ante la visita de un dignatario chino al país y con la intención agasajarlo alguien ofreció a éste un plato de arroz chaufa considerando que el plato chino sería muy de su agrado. El dignatario alabó el plato sin contemplaciones queriendo que le proporcionasen la receta del plato peruano para poder degustarlo una vez de vuelta en casa. Un sabor muy interesante que no te puedes perder.
Cachufa de pollo. |
Tallarín salteado. Tallarines que se sirve con pequeñas piezas de carne de ternera, salsa de soja y verduras elaboradas al wok. Excelente consistencia de las verduras salteadas. Un buen plato de sabores agradables también con toques diferenciales del plato chino.
Tallarín salteado. |
Ya con la segunda jarra de pisco en la mesa y con ganas de celebrar la elección de este miércoles decidimos atacar la carta de postres. Estos fueron los seleccionados:
Pisco. |
Suspiro de limeña. La base de este postre tradicional es el manjar blanco llevado por los españoles a las américas. Se trata de una rica mezcla de leche, azúcar, yema de huevo, que confiere consistencia al resto de ingredientes, y esencia de vainilla. En el suspiro la mezcla anterior se corona con merengue (claras de huevo, oporto, y azúcar). En una copa se deposita el manjar blanco generosamente y se le corona con el merengue y un poco de canela. El contraste de ambos dulces hace que se trate de un postre que no puedes dejar de probar.
Suspiro de limeña y Crema volteada. |
Crema volteada. De apariencia y consistencia similar al flan también se elabora con vainilla como este. Su sabor suave hace su consumo apto para los no muy aficionados al dulce. Sin embargo en este ocasión no hay color frente al suspiro.
Tras aclarar la cuenta en un par de ocasiones, la dueña persistía en equivocarse a nuestro favor, nos despedimos del restaurante El Pregón con la promesa de volver. Se trata de una promesa fácil de cumplir sin poner como testigo al Señor de los milagros limeño aunque su templo sevillano se encuentra cercano al local. Hace falta una pequeña revolución o terremoto para sacar a los sevillanos de nuestros restaurante tradicionales y que nos acerquemos a estos nuevos locales. Los sabores son tradicionales y excepcionales, el personal cercano y agradable aunque no harían de más si una representación del cristo morado residiese en el local dando aliento a esta revolución.
El Pregón C/Lumbreras, nº40. |
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