domingo, 25 de diciembre de 2016

Trashumante, Sevilla

Como no podía ser de otra manera también los gastrogórdicos tuvimos nuestra cena de navidad. Condicionados por las fechas prenavideñas y la cantidad de cenas de empresa no pudimos reservar en el restaurante que teníamos pensado. Sin embargo no estuvo mal la elección del Trashumante. No desvelaremos el restaurante que teníamos en mente para evitar a los groupies de Marga….tan solo indicar que estamos en ello para el nuevo año.
Entrando un poco en harina el Trashumante va un poco en línea con la referencia del la semana pasada. Dos ambientes diferenciados uno para tapas en barra y otro de restaurante. En este caso la decoración era bastante discreta tirando a detalles minimalistas. Espacio amplio para varios comensales en donde hubiésemos estado del todo bien de no ser al efecto invernadero de tener todas las mesas a reventar, comidas de empresa fundamentalmente, y lo alto que tenían puesta la calefacción.
Un pequeño vistazo a los alrededores.
Como en otras ocasiones nos decidimos por una serie de platos para compartir…aunque hay que reconocer que nos costó lo nuestro. En el fondo todos deseamos que María recupere sus poderes perdidos en Harrypotilandia. Tras la negociación nos pusimos de acuerdo en los siguientes platos:
Decir que hubo negociación es una especie de autoengaño nuestro, la verdad.
Ensaladilla de pulpo. En este caso resaltar la importancia de las preposiciones que a todos nos explicaron en nuestras clases de lengua en el colegio. No puedes decir que es “de” cuando quieres decir que es “con”. De no ser testimonial la presencia del pulpo en el plato me atrevería a decir que habría sido mucho mejor aunque malo no estaba. El plato casa más con a la idea de una deconstrucción del “pulpo a feira”. En el fondo todos nos quedamos con la misma idea en mente…queremos probar la ensaladilla con pulpo que hace la hermana de Merche.

Tempura de bacalao con sal de ajo y espirulina.  Seamos sinceros. La primera pregunta que nos hicimos tod@s fue, ¿qué es la espirulina? Pues resulta que se trata de un alga microscópica con alto contenido en hierro que es mucho más fácil de asimilar que en un plato de lentejas. Está especialmente recomendada como medida anti-envejecimiento (beta-caroteno, hierro, vitamina B12 y ácido gama linoleico..etc). Vamos que no sabemos cómo vamos casi a cumplir dos años en gastrogórdicos sin haberlo comido antes. En cuanto a sabor que e slo que nos ocupa el alga no está especialmente buena pero es que , a pesar de todo, se trata de un alga. Sin embargo la tempura estaba muy bien conseguida sin exceso de aceite y bastante fina en la costra de forma que el bacalao no perdía para nada su muy buen sabor.
Tempura de bacalao con sal de ajo y espirulina.
Almejas con langostinos ( y espirulina). Contestada la primera pregunta en el apartado anterior esto nos lleva a la segunda, ¿Para ir a Japón de viaje tienes que estar casado? Diversas versiones de respuestas se dieron en la mesa . En internet yo no he encontrado nada Raúl, ya nos contarás. Las almejas tenían un muy buen sabor y estaban muy frescas. El langostino con cuerpo y bastante rico. Un plato sin estridencias que se refugiaba en la calidad de los ingredientes…y en la espirulina.
Almejas al ajillo con langostinos.
Ravioli de cola de toro.  Eran muchas las esperanzas puestas en el plato que desgraciadamente no se cumplieron. Si bien la carne de toro no es alta en grasas esa no era la sensación en boca del ravioli. Tal vez no estuviese bien reposado el macerado necesario para trabajar esta carne. Por buscar una justificación tal vez debido a las fechas en que nos encontramos. El caso es que allí dejamos medio ravioli sin terminar y ya os anticipo que esto no es habitual en nuestras cenas del miércoles gastrogórdico.
Raviolis de cola de toro.
Presa ibérica a las finas hierbas. Ni punto de comparación a la presa que degustamos la semana pasada. Los compañeros en las cenas criticaron mucho mi crítica (bonito oximoron) de la semana pasada. Sin embargo trataba de poner en valor la calidad de los ingredientes lo cual no puede afirmarse esta semana. Carne bastante dura y un poco pasada lo que resultó una pena ya que, a mi gusto, el toque de finas hierbas estaba muy logrado en boca con claras trazas a albahaca bastante refrescante.
Presa ibérica a las finas hierbas (ya atacada).
Huevo trashumante.   Ya nos anticipó el camarero de que se trataba el plato y puedo deciros que no defraudó. Se trata de un plato de huevos escalfados con patatas. Destacar especialmente la presentación del mismo de bella factura. Si en Casa Lucio han logrado hacerse ricos alrededor de este plato entendemos que os podéis dejar unos eurillos en Trashumante para disfrutar de un plato bien ejecutado, sabroso y magnífica presentación.
Huevo transhumante (magnífica presentación).
Merluza al horno con salsa de coco.  A pesar de las dudas de alguno de los comensales Pi consiguió colar este plato en el menú y, como voy a decir otra cosa, creo que se trató de un gran acierto. En previsión a las copiosas comidas de estas fechas la merluza parecía una buena elección . Si después además resulta de buena factura la merluza y el toque suave y dulce de la leche de coco está logrado te queda un excelente plato. Aunque deberías evitarlo si no te gusta el coco, claro. Como ya casi es habitual os dejamos una receta del plato que más nos ha gustado con la ventaja de ser de fácil factura, de las dos en este caso, una sencilla puede encontrarse en https://www.comedera.com/filetes-de-pescado-en-salsa-de-coco/.
Merluza al horno con salsa de coco.
Y llegaron los postres y no podíamos renunciar a los mismos como podréis entender aunque la carta tampoco nos llamase demasiado al ser bastante normalita
Turrón de nutella.  Chocolate negro con más chocolate. Si es que somos varios los enamorados de este producto americano. En mi opinión el acabado final de la pasta era demasiado duro lo que hizo complicado su reparto.

Brownie.  Ni bueno ni malo. Simplemente que el sabor del plato trajo a la mesa otra anécdota de Merche, es una caja sin fondo para estas cosas, acerca de cómo descargan camiones de brownies congelados en los aledaños de su casa en la Alameda.
Brownie (con lengua multicolor pica-pica incluida).
Sopa de chocolate blanco.  Aunque tampoco fuese un postre muy elaborado terminó por gustarnos el contraste en boca de las bolas de helado de mandarina y violeta. Una pena que tuviésemos que comernos media bola de mandarina antes de acertar con el sabor. Demasiado sabor del chocolate blanco, muy rico, escondían las sensaciones de las bolas heladas.
Mousse de limón. Para quien escribe resultó ser el mejor de los postres. Un mousse con textura cercana al yogur y sabor que, me atrevería a decir, trae reminiscencias a producto artesano, ingredientes naturales y no a camiones de material congelado.
Mousse de limón.
Como cierre de esta aventura simplemente indicaros lo bien que lo pasamos en nuestra cena desconectando de la semana y no dejando títere con cabeza. Luego está la comida pero la excelente conversación, las risas niponas, las anécdotas de viajes fijarán en mi mente Trashumante como un lugar de conversación fácil, buen servicio (aunque sospecho algo novato o contratado por navidades) y carta aceptable para un tipo de comida “de mercado” como lo llaman ahora. Yo sacaría el brownie de la carta ya que desmerece al resto de postres o ben lo evitaría en próximas visitas.
Trashumante
C/Juan de Mata Carriazo, 4
Esta última imagen ha sido extraída de https://www.eltenedor.es.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Puerta Caleta, Sevilla


En la noche del lunes acudimos a una nueva convocatoria de los miércoles gatrogórdicos en sesión Les Luthiers. En esta ocasión, por la fechas y por el número de gastrogórdicos, parecía más bien que se tratase de una cena de empresa bien avenida.
Bienvenidos!
Al haber reservado previamente nos ubicaron en la zona de restaurante del local aunque quisiera indicaros que Puerta Caleta dispone de una zona de tapas con mesas altas para grupos menos abundantes que tenía muy buena pinta. Hasta donde pudimos ver la carta es compartida en ambos ambientes del establecimiento. Ambas zonas son muy distintas sin embargo en su decoración. Si bien la zona de tapas es funcional con ciertos toques modernistas la parte de restaurante es claramente más colorida. En esta lo primero que fija tu atención son las fotos que adornan las paredes. Las mismas son un tesoro arrancado al continente africano por los dueños del local en diversas expediciones fotográficas. Fotos cuidadas, coloridas y que representan otra visión del continente negro que solo podemos creer e intuir quienes hemos estado allí y mirado el mismo a través de nuestros ojos y no solo por la ventana del televisor que proporcionan a diario los noticiarios. Fotos sin malos rollos, fotos hermosas que nos alejan de hambre, guerras y pateras y nos acercan a los juegos de niños sonrientes volteados por las olas en la playa o dan empaque al recoger sabias miradas provenientes del desierto. Una pena que no haya continuidad entre la decoración y la propia carta del local en nada africana. Esto genera una extraña sensación en que las fotos queden algo fuera de lugar, debiendo ser rescatadas. Desafortunadamente las mismas no están en venta.

En esta ocasión el menú que acordamos en la normal jaula de grillos que generan once comensales fue el siguiente:
Esta vez nos dio tiempo a leer la carta antes de que llegase María (aunque nos sirvió de poco).
Canelón de aguacate con tartar de salmón. Un plato sencillo, sabroso y fresco que cada vez encontramos más en las cartas. No por ello queda desmerecido de modo que cuando el aguacate está bien maduro y el salmón es de calidad, como era el caso, es un perfecto entrante con sabores discretos y que resultan de excelente maridaje al gusto.
Canelón de aguacate con tartar de salmón.
Morcilla de arroz frito con mermelada de piquillos. En esta ocasión nos acompañó Jose Ricardo, nuestro chicarrón del norte, que apostó seriamente por la morcilla y tenemos que confirmar que la misma no defraudó. Morcilla de arroz pero con plenitud de sabores y fundamento.
Morcilla de arroz frito con mermelada de piquillos.
Samosa moruna de cordero con salsa agridulce picante. Si bien el plato estaba muy recomendado por algunos comensales a la mayoría nos dejó indiferentes. Un plato que no tiene demasiado sentido en el resto de la carta.
Samosa moruna de cordero con salsa agridulce picante.
Croquetitas de carabineros. Plato elaborado con ingredientes de gran calidad aunque cocinados sin gran artificio lo cual es de agradecer en no pocas ocasiones. Sin embargo alguna de las croquetas llegaron sin carabinero lo cual, en su conjunto, desmerecía el plato.
Croquetitas de carabineros.
Arroz meloso de presa ibérica, habitas y boletus. Me atrevería a decir que de todos los platos que pedimos este era el más elaborado. Consistente en su sabor, la presa se veía más que correctamente acompañada por el boletus del plato. Arroz meloso con cierta textura a risotto aunque esta la confiriesen de fondo las habitas y no ninguna variedad de queso.
Arroz meloso de presa ibérica y boletus.
Tiritas de ibérico (lagartito) con mojo. Excelente calidad de la carne que se derretía en la boca. Nuevamente un plato sin muchas florituras que apuesta por soluciones contrastadas resuelto con eficiencia aunque poca magia.
Tiritas de ibérico (lagartito) con mojo.
Presa ibérica con confitura de tomate. Plato que, sin sorprender, pone de manifiesto cuales son los resultados cuando se emplean excelentes ingredientes, en este caso la carne, y aplicas las técnicas de preparación adecuadas.
Presa ibérica con confitura de tomate.
Como no podía ser de otra manera una vez más nos decidimos por varios de los postres. Para ser sinceros no es que fuésemos a pedir la fruta del tiempo pero la compañía en la lista de postres y el precio de la misma tampoco es que ayudasen. Finalmente nos decidimos por estos platos:

Sorbete de mandarina. Con sabores suaves y algo amargos a mandarina siempre es una forma elegante de transitar de los platos principales a los dulces postres.
Sorbete de mandarina.
Tocino de cielo con mousse de yogurth. Yo no sé si hasta el momento te han entrado ganas de ir a Puerta Caleta o no, pero mientras mantengan este postre en la carta ya tienes una importante razón para visitar el local. Si no te gusta el tocino de cielo este es tu postre con la bomba de azúcar. Al mezclarse con el yogur, de sabor y textura que recuerda al tradicional griego, el tocino de cielo pierde su explosión azucarada y se diluye en la mousse dejando ciertas islas de sabor en cada bocado, unos más dulces y otros más ácidos.
Tocino de cielo con mousse de yogurth.
Goloso de chocolate. Su nombre lo dice todo: chocolate para los muy dulceros.
Goloso de chocolate.
Dulce de queso y mandarina con mimético de canela. Postre elaborado con elegante presencia de media naranja en el plato. El mismo esconde un rico dulce de queso con claros sabores de mandarina muy interesantes en boca. Si puedes pedir dos este es el segundo a reservar.
Dulce de queso y mandarina con mimético de canela.
Como os indicaba antes no sé si tendréis ganas de visitar Puerta Caleta o no. Nuestra opinión se resumiría en un "depende de para qué". Si buscas algo de cocina creativa con sabores que te sorprendan este no es tu local. Por otro lado, un trato muy acertado por parte del servicio, el entorno agradable y los ingredientes de calidad nos invitan a recomendar este local si buscas una cocina tradicional bien elaborada de lograda presentación o si tienes un compromiso al estilo de invitar a tus suegros a comer y quieres ir sobre seguro.
Restaurante Puerta Caleta
Calle Camilo José Cela, 2

martes, 6 de diciembre de 2016

Restaurante Porta Rossa, Sevilla


Miércoles y nueva salida del grupo gastrogórdico. Acudimos al restaurante con un doble temor, María no viene hoy y no sabemos cuan larga es la carta de menú. Por otro lado, ella está en el museo de Harry Potter en merecidas vacaciones pero, ¿volverá con nuevos poderes para leer aún más rápido un menú? Os lo comentaré en próximas entradas.
Si recuerdas el célebre San Marcos de Sevilla en c/Baños el ambiente en Porta Rossa te puede sorprender e incluso defraudar. Un restaurante italiano moderno, funcional aunque no con ello pierde calidez ya que los camareros con un trato cercano , aunque convenientemente educado, te acogen de forma excepcional. No obstante, debo decirlo, el servicio fue algo lento aun siendo cierto que lo acompasaron a la dinámica de compartir platos que establecimos los seis gastrogórdicos que hicimos la visita.
Ante la ausencia de María nos dejamos influenciar por el amable propietario y sus sugerencias de fuera de carta, de 5 platos posibles caímos en 3. Desde mi punto de vista, y a pesar de cuestiones geográficas y de hábitat natural de jabalí, acertamos plenamente con los platos seleccionados de esta manera. De flojear alguno tal vez fueran los del menú. Sin más historias paso a comentaros los platos que, entre risas una noche más, disfrutamos en el "Ristorante". Un último comentario del local antes del menú, ojo con la acústica ya que el local no es apto para guardar secretos o contar demasiados chistes. Alguna mirada nos taladró desde las mesas vecinas.
Imagen extraída de http://www.asterix.com/asterix-de-a-a-z-es/personajes/obelus.html
Todos los platos de la cena los regamos con un excelente lambrusco tinto denominado Medici. Me parece interesante indicaros que, si no lo habéis dado antes, el salto entre un lambrusco rosso y uno tinto es un esfuerzo que debes dar a poco que te guste el vino. En la variedad tinto las consabidas burbujas no son tan importantes en boca y se confunden con el sabor más intenso de la bebida. La denominación Medici estaba especialmente buena.
Y comenzamos a pedir...
Aperitivos: Ricas aceitunas aliñadas y pequeñas pizzas.
Pequeñas pizzas para empezar.
Ravioli relleno de setas. Por poner una pega al plato tan solo se sirven 4 unidades de ravioli en el mismo. Eso coloca el precio de cada uno en unos 2€, ¿desmedido? no lo creo. El plato estaba elaborado con una hermosa presentación y el sabor de la muselina de setas era fino y con regustos a tierra. Todo ello potenciado por los piñones y el toque de romero. No logré identificar la variedad de la seta. Un plato que, aunque escaso, gustó a todos.
Ravioli relleno de setas. Hay que probarlos cuando vas a un italiano.
Gnocchi PortaRossa. Aunque el gnocchi me lo presentase un muy buen amigo que podemos considerar medio italiano, vivió en "La Italia" por cerca de seis años, no puedo decir que sea uno de mis platos preferidos sin embargo en Porta Rossa el sabor del plato hace justicia al que se hayan atrevido a hacerlo bandera del restaurante. Se trataba de bolitas de espinacas y requesón con un punto de mantequilla y algo más de queso. Sabores muy contrastados con combinación habitual de relleno en otras pastas artesanas y de texturas muy agradables. Además, al ser el gnocchi de espinacas, mucho menos pesados que cuando las bolitas son de patata.
Gnocchi PortaRossa.
Lasagna al pesto. Vaya por delante que a este plato me costó apoyarlo después de mi experiencia genovesa con el mismo. Como podéis imaginar no fue de mi agrado que me sirviesen láminas de lasagna y ya está, aunque fuesen regadas con una salsa al pesto. El plato que ofrecen en Porta Rossa está a años luz de lo indicado. Una rica bechamel bañaba las lámina de lasagna todo ello convenientemente fundido junto a queso **** servida en recipiente de barro. Un plato a destacar entre los que conformaron nuestro pedido.
Lasagna al pesto.
Pappardelle con pato (fuera de carta). Al menos en mi opinión en un restaurante italiano debes pedir más de un plato de pasta. El pappardelle es una especie de fettuccine ancho con origen curioso en el nombre de modo que en italiano el verbo “pappare” se traduce como: engullir. El tamaño de la pasta hace más sencillo el comerlo que, por ejemplo, los spaghetti. En Porta Rossa nos lo acompañaron con carne de pato. Si bien ya he indicado que el pato no se cuenta entre mis carnes preferidas debo reconocer que esta noche estaba tierno, jugoso y bañado en salsa sabrosa, con toques dulces, que junto a la textura suave de la pasta daba una consistencia agradable al bocado y un excelente sabor global.
Pappardelle con pato. Ración por persona al dividir entre 6...
Jabalí en salsa de vino tinto (fuera de carta). Aunque fue unos de los platos más polémicos en su elección, nadie veía que Obélix hubiese dejado pasar un jabalí a la península italiana así que cómo iban a saber cocinarlo, finalmente apoyamos incluir el plato en la degustación. Sinceramente no nos equivocamos. Plato abundante en relación a otros del menú. Con un sabor fuerte y con cuerpo transferido por la salsa de vino tinto reducido. El plato gustó mucho si bien algún comensal, como en otros platos de carne, se quejó del uso excesivo de la sal en la preparación.
Jabalí en salsa de vino tinto. Muy tierno para ser jabalí.
Medallones de cerdo en salsa. Si bien varios de los platos estaban realmente ricos en opinión de quien escribe nos encontramos ante el mejor plato de la cena. Tal vez no sea el plato más típico para pedir en un ristorante pero la gastronomía italiana es más que pastas y risottos. El sabor de la salsa recordaba a la de un plato español pero con peculiaridades, toque de azucar de caña horneada y uso de la mostaza, que te descubren sabores inesperados en el cerdo pero sin que sea un salto tan grande como servirlo acompañado de salsa agridulce.
Medallones de cerdo en salsa.
Muchos de los que allí estábamos sabíamos a lo que íbamos así que los postres eran innegociables. Por todo ello nos decidimos por unos clásicos para endulzar la noche:
Tiramisú. Tan claro teníamos a lo que íbamos que de este cayeron dos. Sin embargo, en mi opinión, el bizcocho carecía del sabor intenso a café que tanto me gusta en este postre. Esto no fue tan determinante para otros comensales que no comparten mi gusto por el sabor que da el café. Sin ser el mejor Tiramisú que he degustado no sería tampoco justo decir que esté malo, el bizcocho con excelente textura y justo sabor a mantequilla de la crema. En definitiva la variedad de Porta Rossa es más que aceptable aunque ya sabéis que el tiramisú tienen tantas recetas como combinaciones de sabores se te ocurran. Mama te dejo una dirección con diversas recetas por si te lanzas a igualarlo (el resto de lectores igualmente la podéis consultar): www.recetatiramisú.com
Pedimos dos a petición popular. Esponjoso, suave y algo "descafeinado".
Tarta de pera con chocolate, Pera almibarada presentada de forma similar a una tarta de manzana pero preñada de rico chocolate negro. Un postre para los muy dulceros aunque más que aceptable para los que no nos gusta tanto el dulce si es para compartir.
Semifreddo Noci. No entiendo demasiado la diferencia entre el semifreddo de Porta Rossa y el helado aunque bien bueno que estaba. Para mí un rico helado de turrón y nueces que gustó bastante a los comensales.
Tarta de pera con chocolate, Semifreddo Noci y Tiramisú.
Para cerrar, y como ya me dijo mi buen amigo Álvaro al recomendarlo, un buen restaurante italiano para ocasiones especiales. Con rica comida italiana más allá de las pastas y rissotos aunque estos se incluyan en la carta. Ambiente y personal acogedor ayudan a hacer la experiencia muy especial.
Finalmente, debido a las críticas de fieles lectores y mejores amigos, indicaros que no es que no me gusten las lagrimitas de pollo. El caso es que esos platos ya los ceno el martes con la receta de Luis Felipe. Si bien el sabor de los boquerones es excelente es ampliamente superado por la divertida conversación y mejor compañía que hacen de los martes otra noche especial.
Restaurante Porta Rossa
C\Arenal Nº5