La tarde de nuestro miércoles se presentó tempestuosa: cierre del local preseleccionado, descanso del personal en nuestra segunda opción y, finalmente, una última balsa tomada con prisas para evitar la suspensión de la cena y que finalmente fue lanzada por la borda al encarar el local. Aunque un pensamiento ha calado para próximas citas. Tanto ir y venir nos traía ahogados y, en busca de un nuevo buque que abordar, encaramos hacia el edificio Helvetia. No era mal lugar en que buscar nuestra balsa, al fin al cabo, entre sus paredes se alojaban las atarazanas almohades de Sevilla (S.XIII) pasado que, hasta cierto, punto recuerda el proyecto de Rafael Moneo acometido en 1982. En estas fluía el grupo gastrogórdico, cuando nos topamos con Carmen. No el vistoso azulejo de la virgen del mar que adorna, casi siempre rodeado de flores, la fachada de una gran desconocida en la ciudad, la Torre de la Plata sino el restaurante Casa Carmen otro desconocido aún en nuestra ciudad. Si bien esto último tiene sentido ya que abrió sus puertas el pasado día de Andalucía. No acaban aquí las semejanzas entre el desconocido bastión octogonal y el local. Así como la torre se vio tomada por la vegetación hasta su puesta en valor en 1992 en Casa Carmen han decidido que la floresta sea su seña de identidad desde el primer día. Venciendo el miedo a los manteles de paño en las mesas, e invitados por el dueño, decidimos echar un vistazo, para, entre miradas cómplices entre nosotros y a la carta, tomar rumbo hacia una amplia mesa para grupos situada estratégicamente en el salón. Más relajados, el hilo musical y el horizonte del salón de hasta 160 comensales hicieron su efecto, ordenamos nuestro pedido. Merece la pena destacar el vino de la casa optando finalmente por el Carmen Morena si bien, por aquello de la torre, hubiese pegado tal vez más el Carmen pelirroja, nombre que dan en la casa al inédito rosado. Estos fueron nuestros platos.
Vistazo al local. |
Alitas de pollo glaseadas con barbacoa oriental. Como ya sabéis María ve unas alitas y echa a volar contagiando al resto de la mesa que, sin saber por qué, comentamos las novedades del sector aeronáutico. Y es que el sabor de las alitas ya no era tan novedoso y con ese toque especial de otras salidas. Un plato que, sin dejar indiferente, se aproxima demasiado a otros ofrecidos por la competencia.
Alitas de pollo glaseadas con barbacoa oriental. |
Salteado de verduras al curry con cous cous, papadums, pasas y cilantro. Un plato sabroso a pesar del cilantro y que puede presumir de vegetariano. Interesante el contraste en la boca del crujiente del papadum con el suave cus cus.
Salteado de verduras al curry con cous cous, papadums, pasas y cilantro. |
Milhojas de berenjena, calabacín, tomates asadón con burrata, rúcula y olivada. Si no fuese por lo que viene a continuación temería estar haciéndome vegetariano pero es que, en opinión de más de un comensal ,la milhojas fue el plato estrella de la noche. Si bien la combinación de ese queso fresco que es la burrata, obtenido inicialmente del sobrante de la producción de mozzarella, junto con la rúcula y la aceituna es ya un clásico de la cocina italiana debemos reconocer que la unión al sabor de las verduras en el plato lo hace redondo y refrescante. El queso da ese toque salado justo propio de su elaboración y su apariencia blanco reluciente invita a degustarlo. Plato ligero a pesar de lo mantecoso del queso e intenso en aromas y sabores.
Milhojas de berenjena, calabacín, tomates asadón con burrata, rúcula y olivada. |
Wok de verduras y langostinos crujientes con salsa de sésamo picante. Hermoso en su presentación y sorprendente el toque picante que deja en el paladar el sésamo. Si bien quien escribe se quedó un poco solo en su opinión, llegué a poder repetir, el plato merece estar en tu pedido. Por ponerle una pega al mismo, el langostino frito da un toque aceitoso al plato que se debería atenuar para dar mayor peso a la rica cama de verduras que lo acompaña.
Una lástima que se nos escapara la foto del Wok... |
Pulpo planchado a la gallega con mojo rojo. Interesante ejercicio de sabores que no resulta redondo en boca. Así como el mojo en las carnes potencia su sabor, en el pulpo oculta más bien su sabor por lo deja un plato más bien huérfano cuya presentación tampoco es esmerada.
Pulpo planchado a la gallega con mojo rojo. |
Gyozas japonesas de pollo y verduras con salsa de soja y aceite de sésamo. La Gyoza es semejante a una empanadilla o un ravioli italiano, de hecho dice la leyenda que Marco Polo la introdujo en Europa tras uno de sus famosos viajes. Aunque con un origen chino el plato, una vez más, ha sido absorbido por el país del sol naciente en donde se hacen a la plancha con un poco de aceite, intentando conseguir que sean un poco crujientes. El relleno de verduras y pollo algo especiada, la textura de la empanadilla y el acompañamiento de salsa de vinagre te dan una muy buena visión de los sabores asiáticos en este caso exenta de pique.
Gyozas japonesas de pollo y verduras con salsa de soja y aceite de sésamo. |
Tacos de solomillo de ternera (130 gr.) al café de París con pimientos de padrón. Ya os comenté en otro post que el secreto de la salsa café de París está bien guardado. Pues en Casa Carmen no lo han encontrado o bien han buscado en otro sitio. La salsa no da la talla, queda demasiado líquida e insípida y no hace para nada justicia a una carne con corte y sabor de calidad. Solo si no esperas nada de la salsa. Sin ilusiones desenfrenadas funciona.
Tacos de solomillo de ternera al café de París con pimientos de padrón. |
Magret de pato con salsa de vino dulce, peras al horno y pure de mango. Desgraciadamente otro plato que cumple solo parcialmente las expectativas. La carne de pato es intensa en sabor pero tal vez sea demasiado unir pera y mango para endulzarla y suavizarla. Quizás apostar por un toque ácido mejoraría un plato que resultó de bocado en exceso azucarado para el gusto de algunos.
Magret de pato con salsa de vino dulce, peras al horno y puré de mango. |
Lingote de cochinillo con cremoso de manzana y salsa de naranja y miel. A pesar de su aspecto tosco en boca tiene un sabor interesante. La unión con el toque medio ácido de la naranja provoca un contraste interesante de sabores. Recomendado por el camarero merece la pena incluirlo en la carta y, en opinión de varios, un imprescindible.
Lingote de cochinillo con cremoso de manzana y salsa de naranja y miel. |
Para despejar malentendidos que entiendo hayan podido surgir, tanto Iván como Raúl acudieron a la cena. Por una combinación de astros desconocida aunque las patatas bravas estaban en la carta no cayeron en el cesto. Seguro que esto se trató de una interinidad temporal que no conseguiremos hacer una funcionalidad. No como, con el tiempo, veremos en otros verdes prados cubiertos de Margaritas . Y ya sabéis que si la cosa no va mal nos apuntamos a los postres aunque esta vez, ni siendo gastrogórdico, abarcaras toda la carta.
¿Un postre? |
La copa Carmen (piña natural, sorbete de mango, espuma de coco y crumble, toffe de módena y esencia de menta). Raúl, tras largos años, probó nuevamente la piña y...no fue para tanto. Demasiados ingredientes tal vez en una sola copa.
Copa Carmen. |
Yogur griego, chutney de mango y crumble de frutos secos. Ya parece un clásico lo de aunar el yogur griego con el dulce sabor de la miel así que no está de más cambiar esta por el sabor del mango. Con ciertos recuerdos a sabores del Lassie indio que dan la base de frutos secos y el uso del mango. Interesante la variación realizada en una mezcla que reposa en la solvencia.
Yogur griego, chutney de mango y crumble de frutos secos. |
Café café (helado de cafe, con espuma de cafe, gelatina de bailes, oreo y avellanas). Por recurrir al símil torero, silencio en los tendidos. No convenció ni a los muy cafeteros.
Café café |
Volcán de queso manchego, sobre tierra de frutos secos, arándanos, caramelo y helado de mora. En el blog de Casa Carmen presumen de deleitar el paladar y con este postre fuertemente recomendado lo lograron. Sabor excitante con gusto a queso pero no el de la tarta habitual en estos tercios sino a viejo manchego. El queso templado contrasta en boca con el helado y la mezcla con el sabor de la mora recuerda a la manida tarta aunque con una fuerza inusitada. El mejor postre de la noche.
Volcán de queso manchego, sobre tierra de frutos secos, arándanos, caramelo y helado de mora. |
Las texturas del chocolate: salsa de chocolate blanco. brownie, helado de chocolate negro y crumble de cacao.Ausencia de contraste en el sabor de los distintos chocolates quizá funcionase mejor con un mayor toque amargo aportado por el negro. A pesar de lo que pueda aparentar no esperes una bomba de chocolate.
Las texturas del chocolate. |
En la calle nos mirábamos extrañados. Una sorpresa aparecida en mitad de una travesía a la que no veíamos buen final. Aunque tampoco habíamos desembarcado en una isla caribeña. Entendemos que Casa Carmen terminará por hacerse un sitio en la oferta sevillana si bien adaptando en algo sus sabores y, también en parte, adoptando nosotros nuestros paladares. La larga carta invita a buscar el oro oculto en otra ocasión aunque en esta, solo alcanzásemos a saborear la plata.
Casa Carmen c/Santander, nº15 www.casacarmenrestaurant.com |
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