martes, 29 de noviembre de 2016

La Cantina mexicana, Sevilla


Llegó el miércoles y emprendimos otra visita gastrogórdica. En esta ocasión acudió hasta la segunda generación, la que continuará este blog en 2040. Dani, nuestro menudo gastrogórdico, que más que para comer está para que se lo coman. Entrando un poco en harina indicaros que la ambientación en la cantina está muy lograda. Cada pared del local recuerda mucho a México aunque cayendo en algunos topicazos que en la mayoría de las veces son solo eso. Impresionante la colección de máscaras de lucha, conté más de doce. Paredes coloreadas, inteligentes macetas y buen ambiente auguraban la buena noche que finalmente fue. Aunque ojo a los meseros que pueden ser muy seguidos…aunque siempre con una sonrisa en la boca.
La decoración era colorida a más no poder.
En la Cantina disponen de varias cervezas mexicanas, más allá de la consabida Coronita, puedes solicitar Modelo y Pacífico dos buenas cervezas aztecas cada una con sus puntos fuertes y debilidades. Esto no tan excepcional hoy en día…a ver para cuando comenzamos a importar Montejo pero me parece que esas se consumen solo en el país de origen y que los mexicanos están dispuestos a pagar parte del muro de Trump para que no se les escape ninguna. Nos llamó un poco la atención que tantos platos llevasen leche o nata así que para los intolerantes a la lactosa, contábamos hasta dos en el grupo, tal vez no sea la mejor opción si no estás dispuesto a zamparte medio bote de pastillas, ¿no ,Lucas? . Simplemente para que lo consideréis.

Especialmente curioso en La Cantina Mexicana es el uso de una idea tan española como las tapas. Los platos se sirven en un formato ideal para compartir, sin ser demasiado grandes la verdad, pero pudiendo así picotear de varios elementos de la carta. Esta vez nos dieron el trabajo medio hecho y nos dejamos sugerir el Top 5 , léase five para no dar el juego fácil que algunos aprovecharon, del restaurante. Aunque parezca mentira María no comentó nada creemos que motivado por la presencia de Dani. Estuvimos cerca de caer en bloqueo de no tener la sugerencia del restaurante.
Y lo pedimos...
Como decía nos decidimos por los platillos más vendidos de la cantina:

Guacamole. Para comenzar, ¿cómo no disfrutar de un guacamole con totopos si vas a un mexicano? Servidos por supuesto con unos taquitos de tomate y cebolleta, zumo de lima, sal y un poco de cilantro. A esto en el país azteca lo llaman “pico de gallo” para que no te asustes en caso de visitar una cantina autóctona. Especialmente interesante las salsas con que podías acompañarlos. En nuestro caso salsa chile de árbol y, para mantener ocupado a Manolo y María, la de chile habanero. En las mesas que yo tenía al lado esta última se quedó casi completa ya sabéis como es un chile habanero pica y repica. Nos bastó con su olor que ya hasta rascaba nuestras fosas nasales.

Enchilada verde. Tortilla de maíz rellena de pollo que nos sirvieron bañada en salsa de tomate verde. El plato estaba muy bueno, con salsa dulce, nada picante y bastante logrado.
Enchilada Verde que está para mojar.
Tostada de Tinga.  Tortilla de maíz crujiente sobre la que se sirve pollo desmenuzado con chile chipotle, lechuga, nata y queso fresco.
Oculta debajo de la nata y el queso se encuentra la tostada de tinga.
Huarache al pastor. Base de maíz, carne al pastor, lechuga, salsa roja y verde (pique medio). El pastor no es más que una forma especial de preparar la carne. En este caso parece que la preparación de este platillo tiene su origen en el shawarma oriental. La carne se prepara sobre una barra giratoria (conocido como “trompo”). Donde los orientales emplean especias los mexicanos marinan la carne con una mezcla conocida como salsa de adobo consistente básicamente en el uso de diversos chiles, ajo y alguna especia como comino y orégano pero con mucha menos cantidad que su primo árabe. El método especial de la forma de cocinar la carne le confiere unas notas ahumadas y un suave dulzor. Estos sabores se perciben claramente en el platillo que nos presentó el mesero y que estaba entre los mejores que he probado.
Huarache al pastor. No lo dejéis escapar.
Panucho. En esta ocasión servida sobre una base hecha de frijoles y maíz (este da un cierto toque dulce interesante si no lo has probado antes) sirven un poco de cochinita pibil y cebolla dulce. He de reconocer que la cochinilla pibil es uno de mis platillos preferidos desde que lo probamos en nuestra primera visita a la Riviera Maya. El pibil realmente es una técnica muy antigua propia de la península del Yucatán y consistente en asar carne debajo de la tierra. De forma general tanto para protegerla como para que no se seque demasiado se suele envolver en hojas de plátano. Puede emplearse en mucha variedad de carnes pero lo más habitual es encontrarla de cerdo (cochinilla). La carne de cerdo se deja macerar en una pasta de especias típica mexicana: tabasco, comino, canela, clavo, pimienta negra (pasta de achiote) y después se asa de una manera u otra. En la Cantina Mexicana el plato me gustó mucho ya que la base de frijol es muy típica y sabrosa a aunque he de reconocer que en la mayoría de ocasiones las he comido solo sobre tortilla mexicana. Os dejo una receta pero no desesperéis si no tenéis jardín, para asarla puedes emplear un horno…. http://recetasderechupete.hola.com/cochinita-pibil-plato-tipico-cocina-mexicana/8411/
Panucho. Muy, muy rico y con una bonita presentación.
Queca. Este plato pasa por ser una empanada de maíz, rellena de pollo con queso. Sin desmerecer al mismo en mi opinión este fue el platillo más flojo de todos. Estaba rico pero un poco carente de sabor auténtico, me da a mí que en este caso se olvidaron echarle algún ingrediente secreto ya que en estos locales este plato suele estar mucho más sabroso.
Queca de pollo bañada en nata y queso.
A Raúl, por su problemilla con la lactosa, le sirvieron Sope de chorizo que no es otra cosa que una tortilla rellena de chorizo asado aunque no me dejó probar me atreveré a aventurar una crítica basada en su cara, estaba bien buena.

Como no puede ser de otra manera terminamos picando a los postres. Ya lo sabemos mama, no tenemos remedio pero tienes que verlos para poder decir que te resistirías. Al menos esta vez el pecado es compartido por dos de la casa, no chico? Sin más líos unas ideas sobre los postres:

Mousse de chocolate. Hasta aquí algo normal a excepción de que le ponen…¡tequila! Bien rico y un toque curioso como de bombón de licor.
Mousse de chocolate. Creedme, ahí debajo hay un chocolate con tequila que no os podéis perder.
Crep con dulce de leche y helado de vainilla. No es el mejor crep que puedes encontrar, veánse los del no-lugar, pero cumplió con su función.
Crep con dulce de leche y helado de vainilla. Si os gusta el dulce de leche es vuestro postre.
Bizcocho de tres leches con ron. Indiscutiblemente el postre que no puedes dejar pasar. Un borracho de ron con dulce de leche y nata.
Bizcocho de tres leches con ron. Más de una merienda de estas me echaba aquí sólo por esto.
Para terminar nos obsequiaron con un sabroso chupito de José Cuervo reposado. Sin ser el mejor tequila, ¡viva Don Julio! Nos dejó un dulce resquemor en el estómago para acometer el frío de la noche.

La Cantina mexicana
c/ Francos 14 (Pasaje)
www.lacantinamexicana.es

martes, 22 de noviembre de 2016

No-Lugar the art Company, Sevilla

Una vez asentados los efectos del terremoto Trump en nuestro miércoles gastrogórdico salimos nuevamente de cena. Marga y Raúl ya viven juntos aunque se ven poco por las guardias de la primera. Fuimos allí por un antojo de Pilar consentido con reticencias por Merche en un momento en que María estaba mirando para otro lado. ¿Por qué comienzo esta entrada con estas líneas? Porque No-lugar invita a eso, mobiliario variado, y variopinto para no faltar a la verdad, con sillas desparejadas, mesas que en sus inicios fueron cocinas de casa de campo y todo rodeado de pinturas pop en las paredes. En definitiva, un espacio abierto a muchos usos entre ellos el de restaurante que no se les da nada mal y que es el que verdaderamente nos ocupa.

No quiero dejar pasar el indicaros que aunque fuera miércoles el local estaba a reventar. Tuvimos suerte de encontrar sitio ya que a punto estuvimos de tener que buscar plan alternativo. Ya sentados, solo atendían dos camareros, tuvimos que esperar un poco para pedir la carta y las primeras bebidas. Finalmente nos atendieron y amablemente nos aconsejaron sobre sus cervezas artesanas que no deberías dejar de probar si te decides a ir a cenar.

Otra oportunidad de probar las sabrosas cervezas del no-lugar es pasaros por Great Power 32 en la calle Gran Poder (www.32gp.es) que provee a no-lugar de estas bebidas espirituosas.
María y Pilar se entretuvieron con el vino y ahí logró meter baza Merche que apuntó dos platos a la lista, más uno de quien escribe, colocó el marcador en un María 2, resto de gastrogórdicos 3. Contentos con el resultado la camarera prolongó el menú a dos platos más lo que nos pilló celebrando y María aprovechó para el definitivo 4-3.
Finalmente nuestro menú se configuró así:

Muhammara con nueces (Crema a base de pimientos asados). Un rico aperitivo con origen sirio y, al parecer, de la tan castigada ciudad de Alepo con un sabor suave y muy agradable al gusto de todos. Realmente hemos de considerarlo como una salsa tipo Humus para acompañar todo tipo de platos ya sean carnes, pescados u otras verduras. Como ya sabéis de los platos que nos gustan especialmente os vinculamos alguna receta: http://lacucharademisrecetas.com/muhammara-crema-de-pimientos-rojos-asados-con-nueces/
Muhammara con nueces que desapareció al instante.
Mutabal. Es un plato de origen sirio libanés compuesto de berenjenas, sal, yogur, tahini, ajo y especias. La cocina libanesa no la he probado demasiado sin embargo con las berenjenas hubo opiniones variadas: a unos les gustó mucho el plato a otros nos pareció que el regusto ahumado mataba el resto de sabores afectando incluso al sabor especiado que esperábamos y regusto de yogur.
El polémico mutabal, que no dejó indiferente a nadie.
Arroz filipino con verdura y frutos secos. Plato de arroz frito como es bastante habitual prepararlo por esas latitudes. En no-lugar lo sirven acompañado de frutos secos, con abundancia de pasas, lo que le da un sabor dulzón con cierto toque de picante final. Plato muy rico pero tal vez demasiado intenso para tomarlo de forma individual, mejor compartir.
Arroz filipino con verduras y frutos secos. Excelente elección para compartir.
Buñuelos de yuca con queso fresco y trucha ahumada. A gusto de quien escribe el plato más especial de la cena (bravo Merche!). La yuca tiene lo que tiene, o te gusta o te deja indiferente, pero servida con apariencia de tortillita de camarones, frita pero en poco aceite, potencia su sabor que acompaña perfectamente con la cama de queso fresco. Entre ambas sostienen en vilo al elemento principal del plato las pequeñas y sabrosas lonchas de trucha ahumada cuyo sabor, sorprendente el ahumado en este pescado al menos para mí, se expande en la boca. Rica salsa con punto de picante para acompañarlo.
Buñuelos de yuca con queso fresco y trucha ahumada.
Pollo Tikka-Massala. Pi me recuerda que la primera vez que probamos comida india en Londres nuestro camarero afirmó sin ruborizarse que el "tikka no pica". No hay ni que mencionaros que no era verdad y en la India, como comentaba en la entrada anterior, pica el té y, por si te quedan dudas, el pollo Tikka también. Sin embargo en no-lugar no pica y presenta en boca una textura jugosa que no ha salido de un horno Tandorii. Aunque bueno de sabor no creo que deba venderse como comida india sino como un plato agradable con inspiración en esta comida y muy occidentalizado en su sabor.
Pollo Tikka-Massala. Su falta de pique no debe ser motivo para no disfrutarlo. Está riquísimo.
Cuscus con verduras. No convenció a nadie debido a la salsa que lo bañaba. El plato sencillamente no gustó. Prueba de ello es que hasta estos insignes gastrogórdicos dejamos pasar nuestra oportunidad de repetir con lo que sobró de la ronda de repartición . Un plato del que podíamos haber prescindido en la opinión de todos.
Cuscus con verduras. Seguro que lo mejorarán. El personal está muy abierto a críticas y con ganas de mejorar.
Moussaka. Es fácil que me digáis que si quiero este plato me debería ir a un griego. Pues tenéis razón. Plato demasiado discreto en sabor que no transmitía el frescor y sabores de su homónimo griego. Un plato para salir del paso que, sin estar malo, tampoco ofrecía lo que esperas de una moussaka.
Mousakka. Esperábamos más de este plato (aunque hay que decir que lo pedimos "de relleno").
Una vez más no pudimos resistirnos a los postres. La camarera, a pesar de haber recibido comentarios por mi parte sobre el cuscus, no perdió la sonrisa y nos propuso compartir una selección de los mismos. Como podéis imaginar no todos querían compartir conmigo el postre tras mis palabras a la chica. Sin embargo amenacé con redactar una entrada sobre cada comensal así que se asentaron las quejas. Definitivamente tomamos:
Crepes de dulce de leche y crepes de chocolate. Masa fina y bien bañada en chocolate o dulce de leche. Un buen chute de azúcar para el cuerpo.
Tiramisú de dulce de leche. En mi opinión no hay mejor postre que el original pero hay que reconocer que la mezcla de sabores que ofrece el no-lugar es un sabor agradable y que deberías probar.
Tarta de chocolate. Sabor intenso a chocolate negro para muy chocolateros que, a pesar de su contundencia, estaba muy bueno.
En definitiva no-lugar es una experiencia para compartir con amigos. Su ambiente retro lo hace característico e invita, como os decía, a la contemplación y comentar los distintos elementos decorativos. En nuestras opinión un buen sitio para compartir especialmente si te has cansado de pedir croquetas, lagrimitas de pollo y boquerones en tus reuniones con los amigos. Un cocina de miras abiertas aunque sin grandes apuestas que puedan hacerte saltar al vacío.
No-Lugar the art Company
C\ Trajano 16

martes, 15 de noviembre de 2016

Restaurante Jaipur Sevilla


Al entrar en el restaurante no parece que hayas puesto pie en el continente indio para nada: un sitio ordenado, limpio y sí, con sillas todas igualitas entre sí… en fin, eso siempre es de agradecer en un restaurante en nuestra ciudad si bien hemos de reconocer que se anidó en nuestras mentes algún recuerdo agradable en torno a Jaipur debido a las fotos que adornan las paredes y el fuerte color naranja chillón con que pintan sus paredes. Ya al sentarnos sí que recuerdas intensamente la India, el camarero no te entiende demasiado, los platos que están en el menú no siempre se encuentran en la cocina. 

La mayor pena no encontrar Kingfisher en la carta de cervezas si bien es la más consumida en el subcontinente indio. De lo que sí tenían era la aguada Cobra que nos abstuvimos de pedir. No termino de entender por qué esto se repite en la mayoría de restaurantes indios/hindús en nuestro país.

No nos podemos considerar expertos en comida india/hindú pero me voy a lanzar a tratar de resolver una duda bastante extendida, ¿es comida india o hindú? Pues bien el hinduismo es realmente una de las muchas religiones que se practican en la India y, en principio, no debería emplearse para designar un tipo de comida especial. Realmente la comida hindú es comida india si bien permitidme que me lance y alegremente me permita una explicación. En el sur de la India la comida se ha visto bastante influenciada por la cocina europea (ingleses y portugueses fundamentalmente) mientras que el norte ha recibido menos influencias occidentales así como la comida del este es especialmente picante y en el oeste se multiplican los platos vegetarianos. Siempre he entendido que se trata de una manera de diferenciar las distintas gastronomías por regiones de un país que no deja de ser enorme.
Como siempre, María se adueñó de la carta y organizó la cena... 
Que todo esto no os lleve a dudas la comida india pica y, si es del este, repica aunque esta verdad no debería echarnos para atrás para probar sus excelentes platos.

Entrando un poco más en lo que fue nuestra cena gastrogórdica no os asustéis por la cantidad de platos ya que los mismos no son muy grandes ya que nuestro menú consistió en:

Papadoum. Se trata de pan de lentejas urid, típicas de la india, fino y frito lo que le da una apariencia de torta fina y deshidratada. La misma te la suelen ofrecer como entrante y se sirve con una serie de salsas : picante, mango y yogurt con pepino. En esta ocasión estaba bastante crujiente y recién hecho por lo que estaba bueno sin ser el mejor de los platos que degustamos. Un consejillo reservar algo de salsa de mango para rebajar el picante de otros platos de hecho si conseguís ración doble mejor que mejor.
Papadoum. Deliciosa la salsa de mango (y un salvavidas contra el pique). 
Pollo Korma. A ver cómo hago yo la crítica del plato ya que es el que Pilar nos hace en casa…deciros que este plato suele ser uno de los más solicitados en occidente porque, para lo que es la comida india, no pica casi nada. En esta ocasión pude notar el sabor de la cúrcuma y el jengibre (de uso muy comedido ya que como digo el plato no picaba). Un plato que nunca hay que dejar fuera del menú.
Esto era para que nos confiásemos (no picaba). 
Cordero al curry. No os voy a mentir el cordero picaba ( y eso que no venía nuestro Carmonilla) pero el sabor del curry estaba bastante ajustado y sabía muy rico. Yo recomendaría pedirlo con menos pique del que pedimos nosotros (grado 3 de pique según su carta) porque el plato mejorará bastante para aquellos que no aguantan bien el picante.

Berenjenas picantes. No puedes ir a un restaurante indio y dejar de pedir un plato vegetariano…es como ir a Madrid y no pedirte el bocata de calamares…al menos una vez. No creo que sea el mejor plato vegetariano de los que he probado pero no fue tanto por el picante en este caso como por la textura de las berenjenas en la boca que no me terminaron de convencer si bien el sabor estaba muy rico una vez superado el impacto visual.

Narial Jhinga. En este plato se esconden gambas picantes con leche de coco y curry. Nuevamente es una sorpresa para el paladar el mezclar la leche de coco y las gambas. El picante del plato le dio un interesante toque al mismo ya que de no tenerlo quedaría un plato demasiado dulce.

Biryani de verduras. El arroz Biryani es un tipo de arroz que se sirve frito. El mismo suele acompañarse de verduras o de carne aunque en la India yo siempre lo ví con verdura la verdad, lo más, lo más, me contaron que en el pueblo de al lado lo servían con pollo pero yo nunca lo encontré. Ahora un poco en serio. El sabor del arroz se lo dan fundamentalmente las especias clavo, cardamomo, jengibre sabores que no se suelen degustar de forma conjunta en el paladar occidental. El arroz desgraciadamente estaba muy picante hasta para paladares aleccionados, demasiado jengibre.
Biryani de verduras picante a más no poder. 
Naans. Pedimos dos variedades de pan para acompañar la cena. En primer lugar con cebolla y posteriormente, a modo de postre, uno de frutos secos que, a gusto de casi todos, estaba más rico que el anterior aunque Marga no opine lo mismo (¡marchando un bocata de cebolla fresquita!).
Naans de frutos secos ideal como pre-postre. 
Los postres, a mi entender, no son lo mejor de la gastronomía india. Una vez más la carta no estaba completa y Merche se quedó sin probar las bolas de ****. Al final tod@s nos decantamos por alguna variedad de mango ya sea en helado o en lassi ( batido de mango). Como siempre en esto sitios el mango no decepciona.
Por cierto, muy rico (y no picante) el helado.
Finalmente tuvimos algún problemilla con el vale de descuento, ya dije al comienzo de la entrada que el camarero no nos entendía demasiado bien, pero lo pudimos solventar por el conjunto de sonrisas, enfado fingido y leve bamboleo de cabeza que conlleva la vida social en India …todos sabemos lo que lleva un Palak Paneer (Espinacas y queso). En esos momentos sí que recuperé el espíritu de la India en el restaurante Jaipur.

…Y es que al final no he podido resistirme y le vamos a copiar las recetas por si alguien se siente lo suficientemente valiente….la próxima jornada gatrogórdica e hindú en casa de Manolo y Eva como no puede ser de otra manera: http://indiamagica.com/recetas-indias/

Plaza de la Encarnación, 18
www.jaipurindiansevilla.com







jueves, 3 de noviembre de 2016

Petit Comité Sevilla

Al entrar en el Petit Comité la manecilla del reloj parece haber emprendido una carrera hacia el pasado ya que te ves trasladado a un gabinete propio de comienzos del S.XX. En un ambiente recogido, de carácter íntimo, estarías dispuesto a departir de miles de temas entorno a una buena copa de brandy, opción que por otro lado se te abre tras disfrutar de la cena. Primer punto bueno este no era Halal y podías pedir cerveza aunque anoche nos lanzamos a por el vino. Curiosa decoración, salpimentada de elementos algo estrafalarios, pero, hay que reconocerlo, escogidos con esmero. Ambiente que invita al buen comer y al buen charlar lo que no es poco ya que lo supimos aprovechar en otra distendida sesión de nuestros miércoles gastrogórdicos.
Una cabeza de toro cubierta con las piezas de un puzzle llamó mucho nuestra atención. 
A pesar de quedar deslumbrados con la carta, María volvía a pedirlo todo, mereció la pena escuchar las sugerencias de fuera de carta ya que en caso contrario nos hubiésemos perdido algún plato interesante como veremos algo más adelante. Finalmente nos dejamos orientar en la cantidad de platos y número de los mismos por nuestro amigo Jesucristo (broma privada difícil de explicar).

El menú se compuso de:

Prueba de croquetas caseras. El plato se presenta con 3 tipos distintos de croquetas de sabor aceptable bien hechas y doradas. Buena apertura de boca aunque no el mejor de los platos según nuestra opinión colegiada y la de María.
Cupimos a croqueta por comensal y volaron al instante. 
Delicias de jamón de pato. Aunque el pato no se encuentra entre mis aves preferidas, sin llegar a considerarlos maléficos como algún amigo nuestro, he de reconocer que le plato me sorprendió por su sencillez pero con su interesante sabor. Sin grandes aspavientos un plato servido con pan caliente y pequeña ensalada con mostaza y pipas de calabaza que alegraron el sabor en boca de una carne generalmente de poco sabor.
Delicias de jamón de pato con una guarnición muy cuidada. 
Tallarines Yakisoba con pollo, calabacín, berenjena y pimiento. Al que le guste la comida oriental disfrutará con este plato al que no, probablemente también. Interesante el juego con el picante justo entre detalle puntual y sensación permanente en punta de la lengua sin llegar a ser insoportable.
Pi se atrevió con los palillos! 
Jabalí a las tres salsas. Aunque la salsa de orejones en principio no invite nos arriesgamos a salirnos de la carta y acertamos en opinión de la mayoría. A mi gusto la carne quedó algo dura pero el sabor de la carne de caza mezclada con las distintas salsas mereció la pena.
No sabría decir qué salsa estaba mejor... 
Y ya sabéis que no podemos pasar sin los postres. Aunque, para calmar nuestras conciencias, como otras noches decidimos compartir…aunque no todos los platos (o no Pi?). No dejéis de pediros el Coulan de chocolate pero si estáis a dieta, vuestra pareja es una aburrida, andáis faltos de pelas o simplemente sois alérgicos a los postres tenéis que pediros el Yogurth de queso en cama de galleta…eso no es un postre es un bocado de sensaciones, eso sí peligrosas si se trata de quitarle el vasito a Merche…pero eso nos daría para otra crítica completa…
Imágenes extraídas del Facebook de Petit Comité Sevilla por causas de fuerza mayor (olvidamos hacer fotos en cuanto trajeron la comida...).
https://www.facebook.com/PetitComiteSevilla/