domingo, 25 de diciembre de 2016

Trashumante, Sevilla

Como no podía ser de otra manera también los gastrogórdicos tuvimos nuestra cena de navidad. Condicionados por las fechas prenavideñas y la cantidad de cenas de empresa no pudimos reservar en el restaurante que teníamos pensado. Sin embargo no estuvo mal la elección del Trashumante. No desvelaremos el restaurante que teníamos en mente para evitar a los groupies de Marga….tan solo indicar que estamos en ello para el nuevo año.
Entrando un poco en harina el Trashumante va un poco en línea con la referencia del la semana pasada. Dos ambientes diferenciados uno para tapas en barra y otro de restaurante. En este caso la decoración era bastante discreta tirando a detalles minimalistas. Espacio amplio para varios comensales en donde hubiésemos estado del todo bien de no ser al efecto invernadero de tener todas las mesas a reventar, comidas de empresa fundamentalmente, y lo alto que tenían puesta la calefacción.
Un pequeño vistazo a los alrededores.
Como en otras ocasiones nos decidimos por una serie de platos para compartir…aunque hay que reconocer que nos costó lo nuestro. En el fondo todos deseamos que María recupere sus poderes perdidos en Harrypotilandia. Tras la negociación nos pusimos de acuerdo en los siguientes platos:
Decir que hubo negociación es una especie de autoengaño nuestro, la verdad.
Ensaladilla de pulpo. En este caso resaltar la importancia de las preposiciones que a todos nos explicaron en nuestras clases de lengua en el colegio. No puedes decir que es “de” cuando quieres decir que es “con”. De no ser testimonial la presencia del pulpo en el plato me atrevería a decir que habría sido mucho mejor aunque malo no estaba. El plato casa más con a la idea de una deconstrucción del “pulpo a feira”. En el fondo todos nos quedamos con la misma idea en mente…queremos probar la ensaladilla con pulpo que hace la hermana de Merche.

Tempura de bacalao con sal de ajo y espirulina.  Seamos sinceros. La primera pregunta que nos hicimos tod@s fue, ¿qué es la espirulina? Pues resulta que se trata de un alga microscópica con alto contenido en hierro que es mucho más fácil de asimilar que en un plato de lentejas. Está especialmente recomendada como medida anti-envejecimiento (beta-caroteno, hierro, vitamina B12 y ácido gama linoleico..etc). Vamos que no sabemos cómo vamos casi a cumplir dos años en gastrogórdicos sin haberlo comido antes. En cuanto a sabor que e slo que nos ocupa el alga no está especialmente buena pero es que , a pesar de todo, se trata de un alga. Sin embargo la tempura estaba muy bien conseguida sin exceso de aceite y bastante fina en la costra de forma que el bacalao no perdía para nada su muy buen sabor.
Tempura de bacalao con sal de ajo y espirulina.
Almejas con langostinos ( y espirulina). Contestada la primera pregunta en el apartado anterior esto nos lleva a la segunda, ¿Para ir a Japón de viaje tienes que estar casado? Diversas versiones de respuestas se dieron en la mesa . En internet yo no he encontrado nada Raúl, ya nos contarás. Las almejas tenían un muy buen sabor y estaban muy frescas. El langostino con cuerpo y bastante rico. Un plato sin estridencias que se refugiaba en la calidad de los ingredientes…y en la espirulina.
Almejas al ajillo con langostinos.
Ravioli de cola de toro.  Eran muchas las esperanzas puestas en el plato que desgraciadamente no se cumplieron. Si bien la carne de toro no es alta en grasas esa no era la sensación en boca del ravioli. Tal vez no estuviese bien reposado el macerado necesario para trabajar esta carne. Por buscar una justificación tal vez debido a las fechas en que nos encontramos. El caso es que allí dejamos medio ravioli sin terminar y ya os anticipo que esto no es habitual en nuestras cenas del miércoles gastrogórdico.
Raviolis de cola de toro.
Presa ibérica a las finas hierbas. Ni punto de comparación a la presa que degustamos la semana pasada. Los compañeros en las cenas criticaron mucho mi crítica (bonito oximoron) de la semana pasada. Sin embargo trataba de poner en valor la calidad de los ingredientes lo cual no puede afirmarse esta semana. Carne bastante dura y un poco pasada lo que resultó una pena ya que, a mi gusto, el toque de finas hierbas estaba muy logrado en boca con claras trazas a albahaca bastante refrescante.
Presa ibérica a las finas hierbas (ya atacada).
Huevo trashumante.   Ya nos anticipó el camarero de que se trataba el plato y puedo deciros que no defraudó. Se trata de un plato de huevos escalfados con patatas. Destacar especialmente la presentación del mismo de bella factura. Si en Casa Lucio han logrado hacerse ricos alrededor de este plato entendemos que os podéis dejar unos eurillos en Trashumante para disfrutar de un plato bien ejecutado, sabroso y magnífica presentación.
Huevo transhumante (magnífica presentación).
Merluza al horno con salsa de coco.  A pesar de las dudas de alguno de los comensales Pi consiguió colar este plato en el menú y, como voy a decir otra cosa, creo que se trató de un gran acierto. En previsión a las copiosas comidas de estas fechas la merluza parecía una buena elección . Si después además resulta de buena factura la merluza y el toque suave y dulce de la leche de coco está logrado te queda un excelente plato. Aunque deberías evitarlo si no te gusta el coco, claro. Como ya casi es habitual os dejamos una receta del plato que más nos ha gustado con la ventaja de ser de fácil factura, de las dos en este caso, una sencilla puede encontrarse en https://www.comedera.com/filetes-de-pescado-en-salsa-de-coco/.
Merluza al horno con salsa de coco.
Y llegaron los postres y no podíamos renunciar a los mismos como podréis entender aunque la carta tampoco nos llamase demasiado al ser bastante normalita
Turrón de nutella.  Chocolate negro con más chocolate. Si es que somos varios los enamorados de este producto americano. En mi opinión el acabado final de la pasta era demasiado duro lo que hizo complicado su reparto.

Brownie.  Ni bueno ni malo. Simplemente que el sabor del plato trajo a la mesa otra anécdota de Merche, es una caja sin fondo para estas cosas, acerca de cómo descargan camiones de brownies congelados en los aledaños de su casa en la Alameda.
Brownie (con lengua multicolor pica-pica incluida).
Sopa de chocolate blanco.  Aunque tampoco fuese un postre muy elaborado terminó por gustarnos el contraste en boca de las bolas de helado de mandarina y violeta. Una pena que tuviésemos que comernos media bola de mandarina antes de acertar con el sabor. Demasiado sabor del chocolate blanco, muy rico, escondían las sensaciones de las bolas heladas.
Mousse de limón. Para quien escribe resultó ser el mejor de los postres. Un mousse con textura cercana al yogur y sabor que, me atrevería a decir, trae reminiscencias a producto artesano, ingredientes naturales y no a camiones de material congelado.
Mousse de limón.
Como cierre de esta aventura simplemente indicaros lo bien que lo pasamos en nuestra cena desconectando de la semana y no dejando títere con cabeza. Luego está la comida pero la excelente conversación, las risas niponas, las anécdotas de viajes fijarán en mi mente Trashumante como un lugar de conversación fácil, buen servicio (aunque sospecho algo novato o contratado por navidades) y carta aceptable para un tipo de comida “de mercado” como lo llaman ahora. Yo sacaría el brownie de la carta ya que desmerece al resto de postres o ben lo evitaría en próximas visitas.
Trashumante
C/Juan de Mata Carriazo, 4
Esta última imagen ha sido extraída de https://www.eltenedor.es.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Puerta Caleta, Sevilla


En la noche del lunes acudimos a una nueva convocatoria de los miércoles gatrogórdicos en sesión Les Luthiers. En esta ocasión, por la fechas y por el número de gastrogórdicos, parecía más bien que se tratase de una cena de empresa bien avenida.
Bienvenidos!
Al haber reservado previamente nos ubicaron en la zona de restaurante del local aunque quisiera indicaros que Puerta Caleta dispone de una zona de tapas con mesas altas para grupos menos abundantes que tenía muy buena pinta. Hasta donde pudimos ver la carta es compartida en ambos ambientes del establecimiento. Ambas zonas son muy distintas sin embargo en su decoración. Si bien la zona de tapas es funcional con ciertos toques modernistas la parte de restaurante es claramente más colorida. En esta lo primero que fija tu atención son las fotos que adornan las paredes. Las mismas son un tesoro arrancado al continente africano por los dueños del local en diversas expediciones fotográficas. Fotos cuidadas, coloridas y que representan otra visión del continente negro que solo podemos creer e intuir quienes hemos estado allí y mirado el mismo a través de nuestros ojos y no solo por la ventana del televisor que proporcionan a diario los noticiarios. Fotos sin malos rollos, fotos hermosas que nos alejan de hambre, guerras y pateras y nos acercan a los juegos de niños sonrientes volteados por las olas en la playa o dan empaque al recoger sabias miradas provenientes del desierto. Una pena que no haya continuidad entre la decoración y la propia carta del local en nada africana. Esto genera una extraña sensación en que las fotos queden algo fuera de lugar, debiendo ser rescatadas. Desafortunadamente las mismas no están en venta.

En esta ocasión el menú que acordamos en la normal jaula de grillos que generan once comensales fue el siguiente:
Esta vez nos dio tiempo a leer la carta antes de que llegase María (aunque nos sirvió de poco).
Canelón de aguacate con tartar de salmón. Un plato sencillo, sabroso y fresco que cada vez encontramos más en las cartas. No por ello queda desmerecido de modo que cuando el aguacate está bien maduro y el salmón es de calidad, como era el caso, es un perfecto entrante con sabores discretos y que resultan de excelente maridaje al gusto.
Canelón de aguacate con tartar de salmón.
Morcilla de arroz frito con mermelada de piquillos. En esta ocasión nos acompañó Jose Ricardo, nuestro chicarrón del norte, que apostó seriamente por la morcilla y tenemos que confirmar que la misma no defraudó. Morcilla de arroz pero con plenitud de sabores y fundamento.
Morcilla de arroz frito con mermelada de piquillos.
Samosa moruna de cordero con salsa agridulce picante. Si bien el plato estaba muy recomendado por algunos comensales a la mayoría nos dejó indiferentes. Un plato que no tiene demasiado sentido en el resto de la carta.
Samosa moruna de cordero con salsa agridulce picante.
Croquetitas de carabineros. Plato elaborado con ingredientes de gran calidad aunque cocinados sin gran artificio lo cual es de agradecer en no pocas ocasiones. Sin embargo alguna de las croquetas llegaron sin carabinero lo cual, en su conjunto, desmerecía el plato.
Croquetitas de carabineros.
Arroz meloso de presa ibérica, habitas y boletus. Me atrevería a decir que de todos los platos que pedimos este era el más elaborado. Consistente en su sabor, la presa se veía más que correctamente acompañada por el boletus del plato. Arroz meloso con cierta textura a risotto aunque esta la confiriesen de fondo las habitas y no ninguna variedad de queso.
Arroz meloso de presa ibérica y boletus.
Tiritas de ibérico (lagartito) con mojo. Excelente calidad de la carne que se derretía en la boca. Nuevamente un plato sin muchas florituras que apuesta por soluciones contrastadas resuelto con eficiencia aunque poca magia.
Tiritas de ibérico (lagartito) con mojo.
Presa ibérica con confitura de tomate. Plato que, sin sorprender, pone de manifiesto cuales son los resultados cuando se emplean excelentes ingredientes, en este caso la carne, y aplicas las técnicas de preparación adecuadas.
Presa ibérica con confitura de tomate.
Como no podía ser de otra manera una vez más nos decidimos por varios de los postres. Para ser sinceros no es que fuésemos a pedir la fruta del tiempo pero la compañía en la lista de postres y el precio de la misma tampoco es que ayudasen. Finalmente nos decidimos por estos platos:

Sorbete de mandarina. Con sabores suaves y algo amargos a mandarina siempre es una forma elegante de transitar de los platos principales a los dulces postres.
Sorbete de mandarina.
Tocino de cielo con mousse de yogurth. Yo no sé si hasta el momento te han entrado ganas de ir a Puerta Caleta o no, pero mientras mantengan este postre en la carta ya tienes una importante razón para visitar el local. Si no te gusta el tocino de cielo este es tu postre con la bomba de azúcar. Al mezclarse con el yogur, de sabor y textura que recuerda al tradicional griego, el tocino de cielo pierde su explosión azucarada y se diluye en la mousse dejando ciertas islas de sabor en cada bocado, unos más dulces y otros más ácidos.
Tocino de cielo con mousse de yogurth.
Goloso de chocolate. Su nombre lo dice todo: chocolate para los muy dulceros.
Goloso de chocolate.
Dulce de queso y mandarina con mimético de canela. Postre elaborado con elegante presencia de media naranja en el plato. El mismo esconde un rico dulce de queso con claros sabores de mandarina muy interesantes en boca. Si puedes pedir dos este es el segundo a reservar.
Dulce de queso y mandarina con mimético de canela.
Como os indicaba antes no sé si tendréis ganas de visitar Puerta Caleta o no. Nuestra opinión se resumiría en un "depende de para qué". Si buscas algo de cocina creativa con sabores que te sorprendan este no es tu local. Por otro lado, un trato muy acertado por parte del servicio, el entorno agradable y los ingredientes de calidad nos invitan a recomendar este local si buscas una cocina tradicional bien elaborada de lograda presentación o si tienes un compromiso al estilo de invitar a tus suegros a comer y quieres ir sobre seguro.
Restaurante Puerta Caleta
Calle Camilo José Cela, 2

martes, 6 de diciembre de 2016

Restaurante Porta Rossa, Sevilla


Miércoles y nueva salida del grupo gastrogórdico. Acudimos al restaurante con un doble temor, María no viene hoy y no sabemos cuan larga es la carta de menú. Por otro lado, ella está en el museo de Harry Potter en merecidas vacaciones pero, ¿volverá con nuevos poderes para leer aún más rápido un menú? Os lo comentaré en próximas entradas.
Si recuerdas el célebre San Marcos de Sevilla en c/Baños el ambiente en Porta Rossa te puede sorprender e incluso defraudar. Un restaurante italiano moderno, funcional aunque no con ello pierde calidez ya que los camareros con un trato cercano , aunque convenientemente educado, te acogen de forma excepcional. No obstante, debo decirlo, el servicio fue algo lento aun siendo cierto que lo acompasaron a la dinámica de compartir platos que establecimos los seis gastrogórdicos que hicimos la visita.
Ante la ausencia de María nos dejamos influenciar por el amable propietario y sus sugerencias de fuera de carta, de 5 platos posibles caímos en 3. Desde mi punto de vista, y a pesar de cuestiones geográficas y de hábitat natural de jabalí, acertamos plenamente con los platos seleccionados de esta manera. De flojear alguno tal vez fueran los del menú. Sin más historias paso a comentaros los platos que, entre risas una noche más, disfrutamos en el "Ristorante". Un último comentario del local antes del menú, ojo con la acústica ya que el local no es apto para guardar secretos o contar demasiados chistes. Alguna mirada nos taladró desde las mesas vecinas.
Imagen extraída de http://www.asterix.com/asterix-de-a-a-z-es/personajes/obelus.html
Todos los platos de la cena los regamos con un excelente lambrusco tinto denominado Medici. Me parece interesante indicaros que, si no lo habéis dado antes, el salto entre un lambrusco rosso y uno tinto es un esfuerzo que debes dar a poco que te guste el vino. En la variedad tinto las consabidas burbujas no son tan importantes en boca y se confunden con el sabor más intenso de la bebida. La denominación Medici estaba especialmente buena.
Y comenzamos a pedir...
Aperitivos: Ricas aceitunas aliñadas y pequeñas pizzas.
Pequeñas pizzas para empezar.
Ravioli relleno de setas. Por poner una pega al plato tan solo se sirven 4 unidades de ravioli en el mismo. Eso coloca el precio de cada uno en unos 2€, ¿desmedido? no lo creo. El plato estaba elaborado con una hermosa presentación y el sabor de la muselina de setas era fino y con regustos a tierra. Todo ello potenciado por los piñones y el toque de romero. No logré identificar la variedad de la seta. Un plato que, aunque escaso, gustó a todos.
Ravioli relleno de setas. Hay que probarlos cuando vas a un italiano.
Gnocchi PortaRossa. Aunque el gnocchi me lo presentase un muy buen amigo que podemos considerar medio italiano, vivió en "La Italia" por cerca de seis años, no puedo decir que sea uno de mis platos preferidos sin embargo en Porta Rossa el sabor del plato hace justicia al que se hayan atrevido a hacerlo bandera del restaurante. Se trataba de bolitas de espinacas y requesón con un punto de mantequilla y algo más de queso. Sabores muy contrastados con combinación habitual de relleno en otras pastas artesanas y de texturas muy agradables. Además, al ser el gnocchi de espinacas, mucho menos pesados que cuando las bolitas son de patata.
Gnocchi PortaRossa.
Lasagna al pesto. Vaya por delante que a este plato me costó apoyarlo después de mi experiencia genovesa con el mismo. Como podéis imaginar no fue de mi agrado que me sirviesen láminas de lasagna y ya está, aunque fuesen regadas con una salsa al pesto. El plato que ofrecen en Porta Rossa está a años luz de lo indicado. Una rica bechamel bañaba las lámina de lasagna todo ello convenientemente fundido junto a queso **** servida en recipiente de barro. Un plato a destacar entre los que conformaron nuestro pedido.
Lasagna al pesto.
Pappardelle con pato (fuera de carta). Al menos en mi opinión en un restaurante italiano debes pedir más de un plato de pasta. El pappardelle es una especie de fettuccine ancho con origen curioso en el nombre de modo que en italiano el verbo “pappare” se traduce como: engullir. El tamaño de la pasta hace más sencillo el comerlo que, por ejemplo, los spaghetti. En Porta Rossa nos lo acompañaron con carne de pato. Si bien ya he indicado que el pato no se cuenta entre mis carnes preferidas debo reconocer que esta noche estaba tierno, jugoso y bañado en salsa sabrosa, con toques dulces, que junto a la textura suave de la pasta daba una consistencia agradable al bocado y un excelente sabor global.
Pappardelle con pato. Ración por persona al dividir entre 6...
Jabalí en salsa de vino tinto (fuera de carta). Aunque fue unos de los platos más polémicos en su elección, nadie veía que Obélix hubiese dejado pasar un jabalí a la península italiana así que cómo iban a saber cocinarlo, finalmente apoyamos incluir el plato en la degustación. Sinceramente no nos equivocamos. Plato abundante en relación a otros del menú. Con un sabor fuerte y con cuerpo transferido por la salsa de vino tinto reducido. El plato gustó mucho si bien algún comensal, como en otros platos de carne, se quejó del uso excesivo de la sal en la preparación.
Jabalí en salsa de vino tinto. Muy tierno para ser jabalí.
Medallones de cerdo en salsa. Si bien varios de los platos estaban realmente ricos en opinión de quien escribe nos encontramos ante el mejor plato de la cena. Tal vez no sea el plato más típico para pedir en un ristorante pero la gastronomía italiana es más que pastas y risottos. El sabor de la salsa recordaba a la de un plato español pero con peculiaridades, toque de azucar de caña horneada y uso de la mostaza, que te descubren sabores inesperados en el cerdo pero sin que sea un salto tan grande como servirlo acompañado de salsa agridulce.
Medallones de cerdo en salsa.
Muchos de los que allí estábamos sabíamos a lo que íbamos así que los postres eran innegociables. Por todo ello nos decidimos por unos clásicos para endulzar la noche:
Tiramisú. Tan claro teníamos a lo que íbamos que de este cayeron dos. Sin embargo, en mi opinión, el bizcocho carecía del sabor intenso a café que tanto me gusta en este postre. Esto no fue tan determinante para otros comensales que no comparten mi gusto por el sabor que da el café. Sin ser el mejor Tiramisú que he degustado no sería tampoco justo decir que esté malo, el bizcocho con excelente textura y justo sabor a mantequilla de la crema. En definitiva la variedad de Porta Rossa es más que aceptable aunque ya sabéis que el tiramisú tienen tantas recetas como combinaciones de sabores se te ocurran. Mama te dejo una dirección con diversas recetas por si te lanzas a igualarlo (el resto de lectores igualmente la podéis consultar): www.recetatiramisú.com
Pedimos dos a petición popular. Esponjoso, suave y algo "descafeinado".
Tarta de pera con chocolate, Pera almibarada presentada de forma similar a una tarta de manzana pero preñada de rico chocolate negro. Un postre para los muy dulceros aunque más que aceptable para los que no nos gusta tanto el dulce si es para compartir.
Semifreddo Noci. No entiendo demasiado la diferencia entre el semifreddo de Porta Rossa y el helado aunque bien bueno que estaba. Para mí un rico helado de turrón y nueces que gustó bastante a los comensales.
Tarta de pera con chocolate, Semifreddo Noci y Tiramisú.
Para cerrar, y como ya me dijo mi buen amigo Álvaro al recomendarlo, un buen restaurante italiano para ocasiones especiales. Con rica comida italiana más allá de las pastas y rissotos aunque estos se incluyan en la carta. Ambiente y personal acogedor ayudan a hacer la experiencia muy especial.
Finalmente, debido a las críticas de fieles lectores y mejores amigos, indicaros que no es que no me gusten las lagrimitas de pollo. El caso es que esos platos ya los ceno el martes con la receta de Luis Felipe. Si bien el sabor de los boquerones es excelente es ampliamente superado por la divertida conversación y mejor compañía que hacen de los martes otra noche especial.
Restaurante Porta Rossa
C\Arenal Nº5 

martes, 29 de noviembre de 2016

La Cantina mexicana, Sevilla


Llegó el miércoles y emprendimos otra visita gastrogórdica. En esta ocasión acudió hasta la segunda generación, la que continuará este blog en 2040. Dani, nuestro menudo gastrogórdico, que más que para comer está para que se lo coman. Entrando un poco en harina indicaros que la ambientación en la cantina está muy lograda. Cada pared del local recuerda mucho a México aunque cayendo en algunos topicazos que en la mayoría de las veces son solo eso. Impresionante la colección de máscaras de lucha, conté más de doce. Paredes coloreadas, inteligentes macetas y buen ambiente auguraban la buena noche que finalmente fue. Aunque ojo a los meseros que pueden ser muy seguidos…aunque siempre con una sonrisa en la boca.
La decoración era colorida a más no poder.
En la Cantina disponen de varias cervezas mexicanas, más allá de la consabida Coronita, puedes solicitar Modelo y Pacífico dos buenas cervezas aztecas cada una con sus puntos fuertes y debilidades. Esto no tan excepcional hoy en día…a ver para cuando comenzamos a importar Montejo pero me parece que esas se consumen solo en el país de origen y que los mexicanos están dispuestos a pagar parte del muro de Trump para que no se les escape ninguna. Nos llamó un poco la atención que tantos platos llevasen leche o nata así que para los intolerantes a la lactosa, contábamos hasta dos en el grupo, tal vez no sea la mejor opción si no estás dispuesto a zamparte medio bote de pastillas, ¿no ,Lucas? . Simplemente para que lo consideréis.

Especialmente curioso en La Cantina Mexicana es el uso de una idea tan española como las tapas. Los platos se sirven en un formato ideal para compartir, sin ser demasiado grandes la verdad, pero pudiendo así picotear de varios elementos de la carta. Esta vez nos dieron el trabajo medio hecho y nos dejamos sugerir el Top 5 , léase five para no dar el juego fácil que algunos aprovecharon, del restaurante. Aunque parezca mentira María no comentó nada creemos que motivado por la presencia de Dani. Estuvimos cerca de caer en bloqueo de no tener la sugerencia del restaurante.
Y lo pedimos...
Como decía nos decidimos por los platillos más vendidos de la cantina:

Guacamole. Para comenzar, ¿cómo no disfrutar de un guacamole con totopos si vas a un mexicano? Servidos por supuesto con unos taquitos de tomate y cebolleta, zumo de lima, sal y un poco de cilantro. A esto en el país azteca lo llaman “pico de gallo” para que no te asustes en caso de visitar una cantina autóctona. Especialmente interesante las salsas con que podías acompañarlos. En nuestro caso salsa chile de árbol y, para mantener ocupado a Manolo y María, la de chile habanero. En las mesas que yo tenía al lado esta última se quedó casi completa ya sabéis como es un chile habanero pica y repica. Nos bastó con su olor que ya hasta rascaba nuestras fosas nasales.

Enchilada verde. Tortilla de maíz rellena de pollo que nos sirvieron bañada en salsa de tomate verde. El plato estaba muy bueno, con salsa dulce, nada picante y bastante logrado.
Enchilada Verde que está para mojar.
Tostada de Tinga.  Tortilla de maíz crujiente sobre la que se sirve pollo desmenuzado con chile chipotle, lechuga, nata y queso fresco.
Oculta debajo de la nata y el queso se encuentra la tostada de tinga.
Huarache al pastor. Base de maíz, carne al pastor, lechuga, salsa roja y verde (pique medio). El pastor no es más que una forma especial de preparar la carne. En este caso parece que la preparación de este platillo tiene su origen en el shawarma oriental. La carne se prepara sobre una barra giratoria (conocido como “trompo”). Donde los orientales emplean especias los mexicanos marinan la carne con una mezcla conocida como salsa de adobo consistente básicamente en el uso de diversos chiles, ajo y alguna especia como comino y orégano pero con mucha menos cantidad que su primo árabe. El método especial de la forma de cocinar la carne le confiere unas notas ahumadas y un suave dulzor. Estos sabores se perciben claramente en el platillo que nos presentó el mesero y que estaba entre los mejores que he probado.
Huarache al pastor. No lo dejéis escapar.
Panucho. En esta ocasión servida sobre una base hecha de frijoles y maíz (este da un cierto toque dulce interesante si no lo has probado antes) sirven un poco de cochinita pibil y cebolla dulce. He de reconocer que la cochinilla pibil es uno de mis platillos preferidos desde que lo probamos en nuestra primera visita a la Riviera Maya. El pibil realmente es una técnica muy antigua propia de la península del Yucatán y consistente en asar carne debajo de la tierra. De forma general tanto para protegerla como para que no se seque demasiado se suele envolver en hojas de plátano. Puede emplearse en mucha variedad de carnes pero lo más habitual es encontrarla de cerdo (cochinilla). La carne de cerdo se deja macerar en una pasta de especias típica mexicana: tabasco, comino, canela, clavo, pimienta negra (pasta de achiote) y después se asa de una manera u otra. En la Cantina Mexicana el plato me gustó mucho ya que la base de frijol es muy típica y sabrosa a aunque he de reconocer que en la mayoría de ocasiones las he comido solo sobre tortilla mexicana. Os dejo una receta pero no desesperéis si no tenéis jardín, para asarla puedes emplear un horno…. http://recetasderechupete.hola.com/cochinita-pibil-plato-tipico-cocina-mexicana/8411/
Panucho. Muy, muy rico y con una bonita presentación.
Queca. Este plato pasa por ser una empanada de maíz, rellena de pollo con queso. Sin desmerecer al mismo en mi opinión este fue el platillo más flojo de todos. Estaba rico pero un poco carente de sabor auténtico, me da a mí que en este caso se olvidaron echarle algún ingrediente secreto ya que en estos locales este plato suele estar mucho más sabroso.
Queca de pollo bañada en nata y queso.
A Raúl, por su problemilla con la lactosa, le sirvieron Sope de chorizo que no es otra cosa que una tortilla rellena de chorizo asado aunque no me dejó probar me atreveré a aventurar una crítica basada en su cara, estaba bien buena.

Como no puede ser de otra manera terminamos picando a los postres. Ya lo sabemos mama, no tenemos remedio pero tienes que verlos para poder decir que te resistirías. Al menos esta vez el pecado es compartido por dos de la casa, no chico? Sin más líos unas ideas sobre los postres:

Mousse de chocolate. Hasta aquí algo normal a excepción de que le ponen…¡tequila! Bien rico y un toque curioso como de bombón de licor.
Mousse de chocolate. Creedme, ahí debajo hay un chocolate con tequila que no os podéis perder.
Crep con dulce de leche y helado de vainilla. No es el mejor crep que puedes encontrar, veánse los del no-lugar, pero cumplió con su función.
Crep con dulce de leche y helado de vainilla. Si os gusta el dulce de leche es vuestro postre.
Bizcocho de tres leches con ron. Indiscutiblemente el postre que no puedes dejar pasar. Un borracho de ron con dulce de leche y nata.
Bizcocho de tres leches con ron. Más de una merienda de estas me echaba aquí sólo por esto.
Para terminar nos obsequiaron con un sabroso chupito de José Cuervo reposado. Sin ser el mejor tequila, ¡viva Don Julio! Nos dejó un dulce resquemor en el estómago para acometer el frío de la noche.

La Cantina mexicana
c/ Francos 14 (Pasaje)
www.lacantinamexicana.es

martes, 22 de noviembre de 2016

No-Lugar the art Company, Sevilla

Una vez asentados los efectos del terremoto Trump en nuestro miércoles gastrogórdico salimos nuevamente de cena. Marga y Raúl ya viven juntos aunque se ven poco por las guardias de la primera. Fuimos allí por un antojo de Pilar consentido con reticencias por Merche en un momento en que María estaba mirando para otro lado. ¿Por qué comienzo esta entrada con estas líneas? Porque No-lugar invita a eso, mobiliario variado, y variopinto para no faltar a la verdad, con sillas desparejadas, mesas que en sus inicios fueron cocinas de casa de campo y todo rodeado de pinturas pop en las paredes. En definitiva, un espacio abierto a muchos usos entre ellos el de restaurante que no se les da nada mal y que es el que verdaderamente nos ocupa.

No quiero dejar pasar el indicaros que aunque fuera miércoles el local estaba a reventar. Tuvimos suerte de encontrar sitio ya que a punto estuvimos de tener que buscar plan alternativo. Ya sentados, solo atendían dos camareros, tuvimos que esperar un poco para pedir la carta y las primeras bebidas. Finalmente nos atendieron y amablemente nos aconsejaron sobre sus cervezas artesanas que no deberías dejar de probar si te decides a ir a cenar.

Otra oportunidad de probar las sabrosas cervezas del no-lugar es pasaros por Great Power 32 en la calle Gran Poder (www.32gp.es) que provee a no-lugar de estas bebidas espirituosas.
María y Pilar se entretuvieron con el vino y ahí logró meter baza Merche que apuntó dos platos a la lista, más uno de quien escribe, colocó el marcador en un María 2, resto de gastrogórdicos 3. Contentos con el resultado la camarera prolongó el menú a dos platos más lo que nos pilló celebrando y María aprovechó para el definitivo 4-3.
Finalmente nuestro menú se configuró así:

Muhammara con nueces (Crema a base de pimientos asados). Un rico aperitivo con origen sirio y, al parecer, de la tan castigada ciudad de Alepo con un sabor suave y muy agradable al gusto de todos. Realmente hemos de considerarlo como una salsa tipo Humus para acompañar todo tipo de platos ya sean carnes, pescados u otras verduras. Como ya sabéis de los platos que nos gustan especialmente os vinculamos alguna receta: http://lacucharademisrecetas.com/muhammara-crema-de-pimientos-rojos-asados-con-nueces/
Muhammara con nueces que desapareció al instante.
Mutabal. Es un plato de origen sirio libanés compuesto de berenjenas, sal, yogur, tahini, ajo y especias. La cocina libanesa no la he probado demasiado sin embargo con las berenjenas hubo opiniones variadas: a unos les gustó mucho el plato a otros nos pareció que el regusto ahumado mataba el resto de sabores afectando incluso al sabor especiado que esperábamos y regusto de yogur.
El polémico mutabal, que no dejó indiferente a nadie.
Arroz filipino con verdura y frutos secos. Plato de arroz frito como es bastante habitual prepararlo por esas latitudes. En no-lugar lo sirven acompañado de frutos secos, con abundancia de pasas, lo que le da un sabor dulzón con cierto toque de picante final. Plato muy rico pero tal vez demasiado intenso para tomarlo de forma individual, mejor compartir.
Arroz filipino con verduras y frutos secos. Excelente elección para compartir.
Buñuelos de yuca con queso fresco y trucha ahumada. A gusto de quien escribe el plato más especial de la cena (bravo Merche!). La yuca tiene lo que tiene, o te gusta o te deja indiferente, pero servida con apariencia de tortillita de camarones, frita pero en poco aceite, potencia su sabor que acompaña perfectamente con la cama de queso fresco. Entre ambas sostienen en vilo al elemento principal del plato las pequeñas y sabrosas lonchas de trucha ahumada cuyo sabor, sorprendente el ahumado en este pescado al menos para mí, se expande en la boca. Rica salsa con punto de picante para acompañarlo.
Buñuelos de yuca con queso fresco y trucha ahumada.
Pollo Tikka-Massala. Pi me recuerda que la primera vez que probamos comida india en Londres nuestro camarero afirmó sin ruborizarse que el "tikka no pica". No hay ni que mencionaros que no era verdad y en la India, como comentaba en la entrada anterior, pica el té y, por si te quedan dudas, el pollo Tikka también. Sin embargo en no-lugar no pica y presenta en boca una textura jugosa que no ha salido de un horno Tandorii. Aunque bueno de sabor no creo que deba venderse como comida india sino como un plato agradable con inspiración en esta comida y muy occidentalizado en su sabor.
Pollo Tikka-Massala. Su falta de pique no debe ser motivo para no disfrutarlo. Está riquísimo.
Cuscus con verduras. No convenció a nadie debido a la salsa que lo bañaba. El plato sencillamente no gustó. Prueba de ello es que hasta estos insignes gastrogórdicos dejamos pasar nuestra oportunidad de repetir con lo que sobró de la ronda de repartición . Un plato del que podíamos haber prescindido en la opinión de todos.
Cuscus con verduras. Seguro que lo mejorarán. El personal está muy abierto a críticas y con ganas de mejorar.
Moussaka. Es fácil que me digáis que si quiero este plato me debería ir a un griego. Pues tenéis razón. Plato demasiado discreto en sabor que no transmitía el frescor y sabores de su homónimo griego. Un plato para salir del paso que, sin estar malo, tampoco ofrecía lo que esperas de una moussaka.
Mousakka. Esperábamos más de este plato (aunque hay que decir que lo pedimos "de relleno").
Una vez más no pudimos resistirnos a los postres. La camarera, a pesar de haber recibido comentarios por mi parte sobre el cuscus, no perdió la sonrisa y nos propuso compartir una selección de los mismos. Como podéis imaginar no todos querían compartir conmigo el postre tras mis palabras a la chica. Sin embargo amenacé con redactar una entrada sobre cada comensal así que se asentaron las quejas. Definitivamente tomamos:
Crepes de dulce de leche y crepes de chocolate. Masa fina y bien bañada en chocolate o dulce de leche. Un buen chute de azúcar para el cuerpo.
Tiramisú de dulce de leche. En mi opinión no hay mejor postre que el original pero hay que reconocer que la mezcla de sabores que ofrece el no-lugar es un sabor agradable y que deberías probar.
Tarta de chocolate. Sabor intenso a chocolate negro para muy chocolateros que, a pesar de su contundencia, estaba muy bueno.
En definitiva no-lugar es una experiencia para compartir con amigos. Su ambiente retro lo hace característico e invita, como os decía, a la contemplación y comentar los distintos elementos decorativos. En nuestras opinión un buen sitio para compartir especialmente si te has cansado de pedir croquetas, lagrimitas de pollo y boquerones en tus reuniones con los amigos. Un cocina de miras abiertas aunque sin grandes apuestas que puedan hacerte saltar al vacío.
No-Lugar the art Company
C\ Trajano 16